Capacidad de Reacción ante eventos inesperados | 463

¿Tienes capacidad de respuesta ante problemas intempestivos? | Técnicas de Improvisación | ¿Cuál es tu capacidad de respuesta? ¿Qué capacidad de reacción tienes ante eventos sorpresivos o inesperados? | Habilidades Ejecutivas | Soft Skills | Emprendimiento con Problemas

La Capacidad de Reacción es una competencia profesional muy valorada. Una historia acerca de la habilidad para responder ante eventos sorpresivos. Frase de la imagen de David Allen: “Solo bajo las presiones de cambios inesperados o sorpresivos es cuando verdaderamente se pone a prueba el comportamiento de un profesional”

¿Cuál es tu Capacidad de Reacción en momentos críticos?

Muchos conocerán a Itzhak Perlman, o habrán escuchado alguna de sus interpretaciones musicales.

Itzhak Perlman (1945-     ) es uno de los violinistas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. La siguiente es una anécdota de este virtuoso del violinista, una que nos enseña la importancia de tener capacidad de reacción ante eventos inesperados.

La importancia de tener capacidad de reacción.

A finales de 1995, Itzhak Perlman iba a dar un concierto en el Lincoln Center de Nueva York.

Los que conocen a este gran violinista saben que para él es muy difícil subirse a un escenario. Y, lo que sucede es que Itzhak contrajo poliomielitis a los cuatro años, viéndose desde entonces en la necesidad de utilizar muletas para desplazarse, y solo puede tocar el violín estando sentado.

Yo tengo uno de los múltiples discos que Perlman ha grabado,  jamás lo he visto tocar en vivo,

pero, los que tienen la fortuna de haberlo escuchado en vivo, comentan que es un poco penoso verlo subir los escalones y cruzar el escenario, claro, porque tiene una discapacidad que le afecta para caminar,

Pero, a pesar de eso, en esa ocasión, y como siempre,

el violinista se veía muy seguro y radiante mientras cruzaba el escenario, se le notaba esa gran dignidad y gusto por lo que hace.

Cuando Perlman llegó hasta su lugar en el escenario, dejó a un lado las muletas y fue acomodando las piernas de forma que pudiese tomar cómodamente el violín para tocar sentado.

Después de acomodarse el violín bajo la mejilla, le indicó al director de la orquesta que comenzara el movimiento musical.

Por el momento, todo transcurría normalmente para una audiencia acostumbrada a verlo desplazarse en esas condiciones, ya sabían que él no los decepcionaría con su interpretación.

Una vez que comenzó la música, y tan pronto como empezaba a escucharse el agradable sonido del violín, algo inesperado sucedió:

Se escuchó, con perfecta acústica, un fuerte sonido metálico, como el disparo de una pistola; y, al detenerse la música, todos se dieron cuenta que una de las cuerdas del violín de Perlman ¡se había reventado!.

La música quedó totalmente suspendida, lo cual era lógico.

Después del accidente, la gente en general pensaba lo mismo:

«Suponemos que tendremos que esperar a que el maestro salga del escenario y reponga una de las cuatro cuerdas del violín, y luego lo veremos regresar, o en su caso probablemente utilice otro violín, pero para eso tendrá que ponerse a afinarlo antes de retomar el concierto»,

en fin, esas eran más o menos las expectativas del auditorio allí presente.

Pero, nada de esto hizo Perlman. Él, se quedó allí sentado en un breve instante de meditación mientras cerraba los ojos, y después de unos segundos, le indicó al director de la orquesta que podía continuar.

La orquesta reinició justo en donde se habían quedado en el momento de la rotura de la cuerda.

Los presentes comentaron que el Maestro tocó con tanta pasión y poder como nunca antes se le había escuchado interpretar.

Todos saben que es prácticamente imposible tocar cualquier concierto para violín con solo tres cuerdas.

Pero, esa noche, Itzhak Perlman no se rindió,

se le notaba muy concentrado modulando, haciendo cambios y recomponiendo la pieza musical en su cabeza, de forma que no dejase de seguir el hilo musical que mandaba la pauta.

Quienes conocen este tipo de música comentan que fue un espectáculo verlo luchar con el violín, interpretándolo con total maestría.

Cuando el concierto terminó,

primero se escuchó un silencio sepulcral, la gente estaba atónita. Poco después, todos se pusieron de pie para darle una ovación, los aplausos no cesaban, le gritaban ¡Maestro!, coreaba su nombre.

Ante este estupor, Itzhak Perlman sonreía, y mientras se secaba el sudor de la frente, indicó al auditorio que le dejaran hablar, y sin presumir ni jactarse de lo que había hecho, comentó con toda calma y sencillez, en tono reflexivo la siguiente frase:

“Saben, a veces es tarea del artista averiguar cuánta música puede aún hacer con lo que le queda”.


No solo de un artista debemos esperar esta clase de integridad y capacidad de reacción.

También debemos esperar el mismo grado de integridad de un deportista, y no que se tire al piso porque lo tocaron en la espalda,

esta es la misma integridad que exigimos en uno de nuestros trabajadores,

o en un emprendedor (que responda por sus productos o sus servicios, o ante sus proveedores),

requerimos el mínimo grado de entereza de cualquiera que se precie de ser un profesional.

Por estadísticas se sabe que la mayoría de los seres humanos somos reactivos, más que pro-activos, esto quiere decir varias cosas:

Que no nos sabemos gestionar a nosotros mismos, o que

necesitamos que alguien más nos indique lo que tenemos que hacer, o que

no podemos responder con independencia ante eventos accidentales, o inesperados, o

que no sabemos cómo y hacia dónde actuar frente a una situación sorpresiva, especialmente cuando atravesamos momentos críticos a nivel personal.

Tú, por ejemplo:

¿Te puedes mantener relajado cuando tienes mucho trabajo, cuando estás presionado por cumplir con tus entregas en tiempo y forma?

¿Durante una crisis de trabajo, o una crisis financiera, o mientras vives circunstancias extraordinarias, sabes cómo conducirte primero a ti y luego a tu gente?

¿Tiras la toalla a las primeras de cambio, cuando las cosas no salieron como esperabas?

¿Abandonas tus estudios cuando repruebas (o suspendes) el primer o el segundo examen?

¿Cambias fácilmente de idea, o de proyecto porque las cosas no funcionaron como tú querías en los primeros intentos?

¿Pierdes el equilibrio emocional cuando sientes que no puedes o no sabes cómo controlar una situación?, o lo peor,

¿Te mimetizas imitando el comportamiento reactivo de los demás?

Yo admito que he flaqueado ante situaciones complicadas, y que ha habido momentos en que no he sabido cómo gestionarme, me ha faltado capacidad de reacción, y no es justificación, pero esto me parece parte de la naturaleza humana, y también parte de un aprendizaje permanente.

Poder enfriar y tranquilizar la cabeza, reordenar los pensamientos, organizarse o reorganizarse para retomar una actividad de cara a lograr el objetivo es una reacción proactiva, que de dominarse y hacerse con consistencia se convierte en una habilidad ejecutiva muy deseada.

Ya he hablado de estas soft skills en otras emisiones.

La Capacidad de Reacción es una Competencia Ejecutiva.

La capacidad de responder proactivamente ante situaciones críticas es una cosa que no se puede afirmar que alguien domine solo con leerlo en su currículum.

Las habilidades de autogestión y de tomar acciones que le lleven a uno a alcanzar sus metas son competencias que solo se descubren sobre la marcha,

Los soldados suelen decir que el verdadero valor de un compañero lo demuestra en plena batalla, no en el entrenamiento.

Es muy probable que durante una entrevista de trabajo te pregunten:

-«Y tú, ¿Cómo respondiste ante tal crisis?, o

¿Cómo te gestionaste mientras resolvías tal problema?.

¿Qué responderías?

Pocas veces se emplean criterios sorpresivos, o artificiales para evaluar las competencias y el rendimiento de los profesionales bajo un estado de presión.

Los pilotos de aviones comerciales se ponen a prueba en un simulador de vuelo. Esta es una forma artificial de ser sometidos a una combinación de problemas, con el fin de determinar si el individuo es capaz de superar la prueba, o si tiene capacidad de reacción.

¿A ti te gustaría contratar o trabajar para alguien que supieses que no cuenta con capacidad de reacción ante situaciones críticas?
Eso es difícil saberlo con anticipación.

Es posible que no te interese trabajar con una persona proactiva, alguien con criterio, con decisión y capacidad de tomar acciones, y, en su lugar,

quizá prefieras que mejor cumpla tus órdenes sin cuestionarlas, pero esa persona tampoco te servirá de gran cosa, porque no te puede retroalimentar, solo es un operativo sin voz ni voto.

Cómo dar Retroalimentación Positiva.
Preguntémonos:

Si un profesional es incapaz de controlarse, orientarse y dirigirse bajo un mundo de presiones externas en un ambiente o en una industria que cambia rápidamente, ¿podemos esperar que dirija o lidere a otras personas? -David Allen.

La capacidad para responder ante situaciones cambiantes y complicadas en medio de un ambiente competitivo es una característica muy distintiva que define a un líder, a quién conduce a su equipo, grupo o empresa hacia la meta.

Solo bajo las presiones de cambios inesperados o sorpresivos es cuando verdaderamente se pone a prueba el comportamiento de un profesional, y también bajo estas condiciones es donde también descubrimos la excelencia.

¿Cuánto arte puedes hacer tú con lo que tienes?


«Cuando surgen problemas y las cosas toman un cariz negativo, siempre hay alguien que ve una solución y está dispuesto a asumir el mando. A menudo, esa persona está loca».

-David Barry.


Artículo de capacidad de reacción del Houston Chronicle: «Itzhac Perlman Three Strings».

Biografía de Itzhak Perlman, una profesional con gran capacidad de reacción.

Para adquirir una mayor capacidad de reacción, te recomiendo el libro «SÉ MÁS EFICAZ», de David Allen.


Fotografía de Pixabay.com libre de Derechos de Autor.

Fotógrafo: Myriams-Fotos.

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