Jueves de Silencio para aumentar la Productividad | 345

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Sencilla acción que tiene como fin facilitar la conclusión de actividades y su debida entrega.

Jueves de Silencio para aumentar la Productividad

¿Qué sentimos cuando terminamos un día de trabajo y llegamos a casa con la sensación de que no hemos concretado los objetivos del día?

Escuché la entrevista que le hizo Sarah Green Carmichael del HBR a Jason Fried @jasonfried, CEO de Basecamp (empresa de software de gestión de proyectos), donde Fried hace una crítica acerca de la productividad en el trabajo y sugiere una interesante idea que ha empezado a proliferar en algunos ambientes laborales:

‘El Jueves de Silencio’.

A muchos les cuesta un gran esfuerzo poder terminar su trabajo, lo que no es nuevo; pero, ya hay empresas que empiezan a darse cuenta las causas de este problema, y no es que otras no se hayan dado cuenta, es que no se quieren darse por enteradas.
Lo usual es que los empleados no terminen su trabajo durante su jornada normal. Muchos de estos llegan incluso antes de su hora de trabajo para tener 30 ó 60 minutos de tiempo para poder acabar las tareas del día anterior y empezar a su hora con lo que sigue.

Que muchos salgan 2 ó 3 horas después de su hora de salida se debe a que durante estas horas extras son mucho más productivos.

En otros casos, hay empleados que prefieren llevarse el trabajo a casa para avanzarlo por las noches y hasta en los fines de semana.

Esto es inapropiado para la empresa y para el empleado. Estas prácticas son producto de un sistema muy arraigado de malas costumbres y concepciones equivocada acerca de la productividad.


Muchas empresas gastan mucho dinero en tener unas

instalaciones apropiadas para generar un buen ambiente de trabajo. También gastan en implantar cursos de productividad y eficiencia para su gente, pero aún así no logran disminuir estas malas prácticas.


Hay una proliferación de sobre-colaboración y comunicación mal entendida que rezaga el logro de las verdaderas metas.

Lo que quieren las empresas en el mundo de la moderna

y abierta comunicación es mayor colaboración entre sus empleados (Social Media, Networkings) y eso está muy bien, pero mientras más se reúnen, mientras más charlas de pasillo haya, mientras más debates espontáneos surjan, menor productividad habrá, y

nada de esto tiene que ver con el verdadero trabajo de hacer las cosas, o de terminar actividades.

Los Directores y Mánagers ven la colaboración como algo bueno, porque ven actividad, porque ven a gente ir y venir apresuradamente, escuchan el bullicio con gusto, y es porque parece como que las cosas están sucediendo.

Pero lo que están haciendo a un lado u olvidando, es que el verdadero trabajo creativo se realiza usualmente en solitario y en silencio, en un ambiente de plena concentración, donde se puede pensar sin ser interrumpido.

Todos sabemos que es muy difícil avanzar actividades si estamos siendo interrumpido cada 5, 10, ó 20 minutos; sucede lo mismo cuando estamos estudiando, es imposible avanzar o asimilar algo ante tantas interrupciones.


Jason Fried propone lo que en los Estados Unidos se empieza a conocer como “El Jueves de silencio”, que es parecido al concepto de “Cassual Friday” (donde cada viernes todos van vestidos en un tono informal), pero en este caso,

El ‘Jueves de Silencio’ se establece como un día de total silencio en el lugar de trabajo, con el fin de que todas las actividades y metas se logren de hecho en ese día.
Se le puede llamar ‘Jueves de Silencio’, o jueves sin hablar,

también puede ser en miércoles o en martes, o cada dos semanas, o una vez al mes; pero las prioridades deben ser siempre el silencio y la prohibición a ser interrumpido.


Cuando plantees esta propuesta de un ‘Jueves de Silencio’ podrás toparte con resistencia y críticas negativas, en el sentido de que paradójicamente puede convertirse en un día improductivo, más que en uno productivo.

No porque no se pueda hablar en un día se van a venir abajo todos los proyectos y la organización.

Lo que sucederá es que

la gente realmente trabajará,

concluirán sus pendientes,

sentirán satisfacción por sus logros al final del día,

sin sentirse culpables todos dejarán la oficina a su hora normal,

y la mayoría estarán esperando a que llegue el siguiente ‘Jueves de Silencio’.

En Basecamp instauraron las Reglas de Biblioteca para el ‘Jueves de Silencio’. Todos saben cómo comportarse al entrar en cualquier biblioteca del mundo:

Uno. Tienes que guardar silencio, observas y trabajas sin hacer ruido.

Dos. No levantas la voz, no interrumpes, no saludas a nadie de mano haciendo ruidos, tampoco te ríes; solo callas y te dedicas a lo que te incumbe, a tus funciones.

Tres. Si necesitas hablar con alguien, solo le señalas que te acompañe a la sala de juntas donde pueden tener una conversación en tono normal.


Se recomienda esta práctica de día de silencio una vez a la semana. Esto depende lígicamente de cada caso, porque en algunas industrias el silencio es inasumible, como en la oficina de compra-venta de una Casa de Bolsa.

El objetivo de un día de silencio es concluir actividades, hacer trabajo.

El trabajo, cualquiera que sea, se debe demostrar con resultados tangibles, el trabajo no se puede demostrar sumando horas sentado frente al escritorio y/o a la computadora (ordenador).

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Imagen de Pixabay.com publicada libre de Derechos de Autor bajo Licencia Creative Commons.

Fotógrafo:  Holger Feulner.

 

 

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