Consecuencias Ejecutivas del Mito de Sísifo | Por: Gustavo Pérez Ruiz
Consecuencias Ejecutivas del Mito de Sísifo
En la mitología griega, Sísifo, Rey de corinto, era un gobernante que no demostraba respeto alguno por los asuntos místico-religiosos, esto es, desdeñaba a los Dioses y demás figuras heroicas de la cultura griega.
Esta indiferente actitud hacia los símbolos de grandeza que estaban más allá de su poder le ocasionó un castigo divino, acarrear o subir una enorme piedra hasta la cima de una montaña.
Ya sea empujando, jalando o cargando a lomo la piedra, casi al llegar a lo más alto de la cuesta, ésta se regresaba rodando ladera abajo, por lo que con mucha frustración Sísifo tenía que empezar una y otra vez el absurdo proceso de subir y volver a subir la piedra, ciclándose en un eterno bucle.
Y ya te preguntarás: ¿A qué viene esta historia?
Una historia que refleja el Mito de Sísifo
Bueno pues Norberto, nombre ficticio que le pongo a un amigo que conocí hace varios años en una empresa en la cual ambos trabajábamos, tenía el mote de Sísifo.
Algunos compañeros fuera del departamento en el que él ejercía sus funciones le llamábamos irónicamente así, ‘Sísifo‘, en honor al mítico personaje griego.
Le pusieron ese apodo porque desde una perspectiva externa, se notaba con un poco de pena que el trabajo de Norberto era tedioso, repetitivo y frustrante.
Con esto no quiero decir que dicho trabajo no fuera encomiable o digno de todo el respeto, de ninguna manera, al contrario.
Lo que sucedía era que notábamos con preocupación y hasta con admiración, que él solo y solo él, era quien cargaba con el mayor número de responsabilidades en su área, y a pesar de esto, para su mala fortuna, también ganaba menos, económicamente hablando.
Una situación de mucho compromiso profesional
Como todo profesional que se precie de serlo, Norberto era muy organizado y se aplicaba a fondo en todas sus funciones, mucho más que sus colegas de departamento; de eso, en el edificio corporativo, varios compañeros nos dábamos cuenta.
Sabíamos que entre otras cosas, Norberto se encargaba del control de casi todas las operaciones de su unidad estratégica de negocio así como de su registro y buen resguardo.
Por causas fortuitas, injustas o rocambolescas, sus compañeros de grupo, paradójicamente todos con mayor grado jerárquico que él, desorganizaban constantemente el archivo. Tomaban documentos, contratos, permisos, planos y presupuestos sin tomarse la gentileza de devolverlos a su sitio, ya sabían que mi Amigo siempre estaba dispuesto a encargarse de eso.
A pesar de lo que él podía quejarse, porque lo instábamos a manifestar su inconformidad, Norberto vivía en una permanente lucha por reacomodar los archivos y tratar de mantener en su respectivo lugar toda la documentación, además de gestionar el trabajo que por supuesto estaba bajo su responsabilidad, uno que regular e injustamente llegaban hasta poner en entredicho.
Los que experimentan el Mito de Sísifo
Dado que Sísifo, perdón mi Amigo, carecía de suficiente influencia jerárquica, o del rango necesario para poner orden en su departamento, Norberto veía que día tras día sus esfuerzos se convertían en el cuento de nunca acabar, experimentaba un gran desgaste físico producto del cansancio, sobre todo el mental.
Hasta aquí no he contando una historia extraordinaria, ni nada fuera de este planeta.
Este es el relato común de miles o millones de personajes anónimos que a diario lidian con la injusticia, con la falta de respeto, con la carencia de visión ejecutiva por parte de sus superiores para tomar decisiones apropiadas e imparciales que mejoren la productividad y el ambiente laboral del grupo de trabajo, o de la empresa, una que se pueda presumir como digna de respeto.
Hace unos cuantos meses, cuatro de mis ex-compañeros de esa empresa, y Norberto entre ellos, sostuvimos una conferencia On-line, en Google Meet, para ponernos al día acerca de nuestras vidas y proyectos presentes.
Al calor de la plática de nuevo salió a relucir el tema de ese apodo de ‘Sísifo’.
Entre carcajadas y burlas respetuosas, recordamos ese ominoso papel “casi de Ceniciento” que nuestro ex-compañero ejercía en esa esperpéntica oficina.
Risas aparte, ya con más seriedad, le pedí a Norberto que nos compartiera, a toro pasado, independientemente de la baja calidad moral de aquellos ejecutivos que lamentablemente tenía como superiores, además de la notoria toxicidad que predomina en determinados ambientes laborales, ¿Qué aprendizajes personales había rescatado de toda esa dura y accidental experiencia?
Valoraciones de Mito de Sísifo
Y aprovechando que en cualquier reunión suelo tomar notas para los contenidos de este programa de emprendimiento, allí me permití, con el permiso de Norberto, rescatar 7 aprendizajes que este estimable Amigo tuvo a bien comentarnos, además de los que nosotros mismos fuimos agregando y los cuales comparto aquí desde mi particular estilo podcasteril. Aprovecho para darles a ellos las gracias por cada una de sus generosas aportaciones.
Espero que estos aprendizajes te puedan servir para tener una visión más positiva del trabajo que tú realizas con tanto esfuerzo:
7 Aprendizajes del Mito de Sísifo
1. Conocimiento general de diversas disciplinas
En circunstancias de dura carga de trabajo, especialmente en un área que tiene interacción con muchas disciplinas, uno se obliga a tratar de entender, al menos en términos generales todo tipo y variedad de temas, desde gestión de Recursos Humanos, reporte de números para Finanzas, Contabilidad interna, desarrollo de Estudios y Proyectos, elaboración de Ingenierías, gestión de Impacto Ambiental, colaboración con Jurídico, y un largo etcétera de materias.
2. El dominio y poder de la información
Gestionar todo o casi todo documento te pone al tanto de las actividades que suceden en un determinado entorno.
Esto da grandes tablas para entender a fondo gran parte de los procesos de trabajo que se planean, incluso aunque no se lleven a cabo.
El hecho de saber dónde está toda la información y cómo se puede utilizar constructivamente te otorga un poder sobre los demás:
«El poder de la información» (Parafraseando a Rupert Murdoch, el magnate que acapara la información de gran parte de los medios de comunicación).
3. El poder de decisión
Conocer todos los estudios, planes y proyectos que se han hecho o que se pretendan realizar te proporciona una herramienta fundamental parar poder tomar las mejores decisiones.
El dominio de gran parte de la información te provee de los elementos necesarios para decidir cuándo es verdaderamente indispensable contratar nuevos estudios, personal o servicios externos.
Todo este conocimiento te ayuda a tomar decisiones eficientes para no tener que repetir trabajos, y por consiguiente ahorrar recursos financieros durante el progreso de las actividades.
4. Se gana experiencia
El aprendizaje bajo duras o complejas condiciones de trabajo es inevitable.
No hay persona o profesional que desarrolle una difícil actividad que no aprenda las necesarias lecciones que sirven de base para desarrollar cualquier trabajo.
5. Sensación de ser indispensable
El hecho de que seas uno de los pocos o quizá el único en controlar toda la información que se genera puede establecerte como un referente fundamental para el buen funcionamiento de cualquier equipo.
Y, aunque nadie es indispensable, el dominio exclusivo de una habilidad puede cotizarte en alta estima en tu mismo medio.
Esto también puede posicionarte como un elemento intocable (aclaro, no necesariamente siempre), pero puede colocarte como el referente necesario de determinada área.
Recordemos, que
“La persona que hace más y cobra menos es quien mayor valor intrínseco y económico tiene dentro de un equipo, eso le hace contar con mayor demanda como profesional, tanto dentro como fuera de su organización”.
6. Visión periférica y amplio criterio
Esa horrible circunstancia de prácticamente tener varios jefes al mismo tiempo, y el hecho de desarrollar un trabajo difícil dados los complejos obstáculos que se tienen que sortear te provee de muy buena perspectiva y también de un amplio criterio en diversos ámbitos de la gestión ejecutiva, tales como:
Sensibilidad en el reparto equitativo y funcional de responsabilidades
Claridad de objetivos
Ponderación y calificación de criterios
Establecimiento e implementación de controles
Detección de problemas potenciales
Medición de riesgos
Empatía en el trato
Optimización de recursos, tanto materiales, financieros como de recursos humanos.
7. Control de las emociones
El hecho de trabajar bajo enorme presión le forja el carácter, -literalmente hablando- a cualquiera.
El dominio de la estabilidad emocional y mental en momentos críticos determina quién está en la posición de proponer soluciones, actuar o decidir basándose en criterios objetivos, unos que no pongan en peligro la seguridad del equipo ni de la empresa.
En pocas palabras, quienes tienen y mantienen una buena disciplina ejecutiva (durante un maremoto de circunstancias negativas) pueden ver y transmitir con positivismo el devenir los acontecimientos.
Es factible entender tal como el escritor Albert Camus señalara en su ensayo de similar nombre Le Mythe de Sisyphe, por su nombre en francés, que:
“El Mito de Sísifo es una metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre”.
Pero, también es viable entender y afirmar, desde nuestra positiva perspectiva que “No existe trabajo inútil. No hay esfuerzo que no proporcione un mínimo nivel de competencia y sabiduría”.
“La autoconfianza o seguridad en uno mismo tiene su origen en saber hacer cosas difíciles”.
-Autor desconocido