Es lamentable la actitud que unos demuestran | 728

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Es lamentable la actitud que unos demuestran | Marca Personal | Artículo y guion originales de: Gustavo Pérez Ruiz.

Es lamentable la actitud que unos demuestran

Casi todos los seres humanos reprobamos las penosas actitudes de otros congéneres cuando casualmente vemos que las exhiben por allí y más allá.

A la mayoría nos da pena ajena atestiguar que algunos de nuestros conocidos demuestren sus carencias interiores y su miseria espiritual en nuestros círculos de convivencia ‘Offline’ y también en las redes sociales.

Reprobamos esas insensibles actitudes porque en general las consideramos como ajenas a nuestros valores, o contrarias a los principios que abrigamos.

Es bien cierto que en nuestra naturaleza humana está la facultad de aprobar o desaprobar todo proceder ajeno a nuestro criterio, y cada uno está en su justo y libre derecho de aplaudir o rechazar ciertas conductas con las que esté o no de acuerdo.

Me he puesto a analizar que son más las causas que cada uno tenemos para encomiar o aplaudir gran cantidad de manifestaciones de generosidad, respeto y buena educación que apreciamos allí por donde vamos, pero tampoco dejo de atestiguar una y otra vez que:

Es lamentable que haya gente que critique el trabajo y el arte de otros sin antes proponer algo original por su cuenta.

Es lamentable que un operativo le comunique a su jefe una idea y éste último no le de el crédito que se merece. Y más lamentable y miserable es que ese jefe se adjudique esa idea.
Es lamentable ver que un compañero de trabajo logre sus objetivos, unos complejos y duros de alcanzar y que nadie de su entorno le dirija unas mínimas palabras de enhorabuena.
Es lamentable descubrir que alguien escriba un artículo o un libro mencionando y halagando a sus íconos o personajes modélicos y ninguno -o casi ninguno- de estos tenga la gentileza de agradecerle su gesto de respeto y admiración.
Son lamentables las burlas en cualquiera de sus expresiones o modalidades, especialmente cuando esas burlas van dirigidas al fracaso de otro.
Es lamentable que llegues al mostrador de atención del hospital, del supermercado, del banco, o de lo que sea y te incomodes porque quien te atiende no responde a tu saludo.
Es lamentable que se descalifique el arte o el trabajo de otras personas solo porque no se tiene la capacidad ni la preparación para entenderlo.

Es lamentable ver en redes sociales como muchos artistas lanzan innumerables llamados a la acción y casi nadie les responde, y eso que no cuestan dinero.

También es lamentable ver que se organizan conferencias y seminarios donde los mismos ponentes -o conferencistas- ni siquiera tienen la delicadeza de apoyarse entre sí mismos, ni mencionándose, ni promocionándose, ni dándose ‘likes’, ni compartiendo sus mutuas presentaciones en redes sociales.

Es lamentable atestiguar que alguien a quien conoces trate mal a un mesero, o a un trabajador; o que trate con descortesía a un vendedor, y además ver con pena que el maltratado no pueda responder como el otro se merece porque prefiere conservar su trabajo.

Lamentable que unos valoren negativamente la cantidad y calidad del trabajo de otros sin conocerlo solo porque en su perfil de redes sociales ven que tienen pocos seguidores.

Es lamentable que unos ponderen el profesionalismo de quien sea, únicamente por sus muchas o pocas posesiones materiales.

También es lamentable ver la actitud de que muchos pretendan ser personajes exitosos basándose en adquirir y demostrar posesiones materiales.

Es lamentable escuchar que unos mencionen el dinero que ganan como si fueran ejemplares solo con el fin de vender sus productos y servicios. Y más lamentable es hablar o repetir lo que otros dicen acerca del dinero que ingresan como si eso fuese admirable y probablemente cierto.
Es lamentable ver la actitud de que nadie le ceda su asiento a una persona mayor o a una mujer en el amontonado vagón del metro, o en el autobús, o en la sala de espera.

Es lamentable evidenciar que un profesional no cumpla sus promesas.

Lamentable es atestiguar que quienes tienen más posibilidades de ayudar a los demás compartiendo parte de su tiempo y experiencia volteen con indiferencia para otro lado.

Es lamentable que no valoremos ni reconozcamos los éxitos ajenos porque no esperábamos que éstos nos superaran.

Es lamentable escuchar que muchos solo estén dispuestos a hablar de su persona, de su actividad, de sus éxitos y de sus números.
Es lamentable que muchos se den cuenta que otros abandonan sus proyectos por desmotivación o falta de seguidores y no les tengan una mínimas palabras de aliento para que sigan adelante porque creen en lo que hacen.

Lamentable es presenciar que unos se conduzcan hacia los demás como pontificando, como repartiendo sabiduría, asumiendo que saben más que todos.

Veo que es lamentable que algunos quieran erigirse como la estrellita de su grupo social o como el “winner” de su comunidad ‘Online’ sin antes preguntarse si lo que allí están aportando es realmente útil para los demás.

Es lamentable no atribuirle el mérito de la autoría intelectual a quien se lo merece por su originalidad y dedicación.

Es lamentable escuchar que unos interrumpan al hablar.

También es muy lamentable y desagradable el ejemplo que dan las permanentes interrupciones mutuas que se ven en los programas de debates y tertulias televisivas, porque estas groserías sientan precedentes educativos en el comportamiento colectivo.

Es lamentable atestiguar que el tiempo invertido en ver series televisivas supere el tiempo de lectura de la mayoría.

Es lamentable descubrir que uno de los ‘influencers‘ de tu preferencia carezca de la educación para contestar tu comentario de apoyo y empatía hacia su causa.

Así mismo, es lamentable detectar a quienes desconocen la palabra “Gracias”.

Es lamentable darse cuenta de que existen ‘transformers’ tipo ‘Dr. Jekyll y Mr. Hide‘ que se comportan de forma ejemplar en lugares y medios públicos, y al mismo tiempo saber que en privado son impresentables.

Es lamentable sentir que algunos están en permanente competencia contra ti y contra todos en todas las actividades, en todos los temas y en todos los grupos sociales en los que puedan participar.

AHORA, POR OTRO LADO:

Es alentador y satisfactorio saber que tú no incurres en ninguno de estos lamentables ejemplos.

Tu ventaja es que Tú no eres así.

Si NO te comportas con estas conductas tú marcarás una diferencia positiva en tu medio, así tú podrías ser la excepción en tus círculos sociales, y lógicamente las excepciones escasean, las excepciones son más notorias, más apreciadas, más deseables y valoradas.

En vista de que tú no eres de las personas que se comportan con estas penosas actitudes te das cuenta que esa es Tu Gran Ventaja sobre muchos más.

Si no te conduces con ninguno de estos deplorables gestos te garantizo que tu marca personal destacará significativamente entre tus competidores.

Así, con amabilidad y empatía brillarás entre tus conocidos y en tu ambiente laboral.

Es muy probable que tu correcta y educada forma de interactuar te abra varias puertas de oportunidad.

“Tu actitud no tu aptitud determinará tu altitud”.

-Zig Ziglar (1926-2012) | Escritor y orador


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Fotógrafo:  Gerd Altmann

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