¿Cuál es la Principal Responsabilidad de un Emprendedor? | 369

La Principal Responsabilidad del Emprendedor

Principal Responsabilidad de un Ejecutivo Emprendedor | Solucionar con eficiencia y eficacia | Gestión de problemas | Delegación | Mando y Liderazgo | Dirección de Grupos | Administración de Empresas | Emprendimiento | Obligaciones

La importancia de saber resolver problemas y quién debe gestionarlos.

Todos los que comienzan algo, lo que sea, un proyecto o una empresa, o incluso si están buscando trabajo, todos adquieren de alguna forma una o varias responsabilidades. Pero, ¿cuál es la principal responsabilidad que tenemos que ejercer?

La Responsabilidad es la capacidad de responder y corresponder con los demás. Una persona responsable cumple con sus obligaciones, tiene mucho cuidado con lo que dice y hace.

Una persona responsable expone sus valores con sus actos, porque tiene claras las consecuencias de cumplir o no con éstos.

Ahora están en apogeo los artículos, blogs, y libros  acerca de las funciones y responsabilidades de los Directores o CEO’s, y en general de aquellos líderes o gerentes que dirigen grupos de trabajo.

Entre las principales funciones de los CEO’s leemos entre otras las siguientes:

A) Satisfacer las necesidades del cliente,

B) Saber dirigir y cuidar a sus trabajadores,

C) Crear bienestar en su entorno,

D) Entregar cuentas sanas y prósperas a sus jefes,

E) Alcanzar objetivos con eficacia.

Si volteamos a ver todas estas funciones, nos damos cuenta que prácticamente todas son responsabilidades que deben ejercerse como emprendedor, tienen muchas similitudes.

Ya seas Director, Empleado o Emprendedor, seguro tendrás tu escala de responsabilidades en orden de prioridades. Todos pensamos diferente, y le damos un peso a cada función de acuerdo a nuestro propio proyecto y experiencia personal.

La principal función Ejecutiva

La función ejecutiva que Yo en lo personal entiendo como la principal responsabilidad dentro de mi propia escala es la de:

“Resolver problemas”.

Yo creo que ésta función engloba a todas las demás, porque no existe actividad alguna que no presente al menos un problema para su buena ejecución.

“La Solución de Problemas” es la principal función ejecutiva.

Un Ejecutivo es la persona o profesional que se asegura del buen cumplimiento de una o más funciones. El Ejecutivo actúa para hacer o ver que alguien más haga una actividad con el fin de que todas las cosas sucedan.

Un Empleado (de cualquier nivel) y también un Emprendedor, tendrán que lidiar con problemas, y si no pueden resolverlos, al menos sí tendrán que velar porque éstos sean resueltos eficientemente.

A mayor nivel de funciones, mayor nivel de responsabilidad, y también mayor número de problemas qué resolver.

El Director General de una Gran Corporación es la persona

que tiene más problemas dentro de esa compañía, porque sus problemas equivalen a la suma de todos los problemas dentro de la empresa. Y aunque este Director no gestione personalmente todos los obstáculos a todos los niveles, si es el primer responsable por los resultados de toda la compañía, para bien o para mal.

El que resuelve problemas.

Tanto el Ejecutivo como el Emprendedor tienen que conocerse a sí mismos, tienen que comprender todas las funciones que integran un proyecto; deben saber reconocer cuáles pueden gestionar directamente, y delegar aquellas en las que tengan menos habilidades, o las que no puedan atender por falta de tiempo.

Saber hacer y gestionar muchas cosas le da al Emprendedor una enorme seguridad. En el mundo anglosajón, a alguien así se le llama “Hombre o Mujer Orquesta”.

Idealmente, «El Hombre Orquesta» es la persona que dirige sola y toca todos los instrumentos para lograr una sinfonía.

El concepto de «Hombre o Mujer Orquesta» funciona muy bien en los inicios de un proyecto, pero conforme crezcan las operaciones se irán sumando problemas, esto es normal. El emprendedor tendrá que ser capaz de resolver con eficacia aquellos problemas que pueda, y decidirá con sabiduría cuáles habrá de delegar a otro profesional.

Resolver problemas no es fácil, pero con la experiencia

uno se va dando cuenta que supera situaciones cada vez con más facilidad, porque el ejecutivo va teniendo certidumbre de lo que pasará si actúa como ya sabe hacerlo.

El Emprendedor tiene que poder distinguir entre lo que puede gestionar directamente y, lo que tiene que hacer alguien más.

Cuando por ejemplo:
Uno como Emprendedor ha de enfrentar un problema legal.

Lo normal es que acuda con un asesor especializado. Uno contrata a un Abogado para que «entre comillas» le resuelva el problema. Digo «entre comillas» porque el problema no termina solo contratando esos servicios legales, ni uno se desvincula automáticamente del problema.

A pesar de que el Abogado cargue con gran parte del trámite, uno como Ejecutivo tiene que gestionar el asunto, hay que darle seguimiento, se deben conocer las fechas parciales y totales de todo el procedimiento.

Uno como responsable, tiene hablar regularmente con el Abogado, con el fin de conocer el avance de la gestión, para saber si va a tiempo o con retrasos. Y, en su caso, proponer también ideas, aportar información; debe estar pendiente de todo el proceso,

Al final uno es el responsable y el principal interesado.

Aunque la firma de abogados sea una de las más reconocidas, uno no debe dejar de lado el seguimiento constante de todo el proceso, hasta su total y eficiente término. Esta es una responsabilidad inamovible del Ejecutivo.

Las Responsabilidades cuando nos asociamos con alguien

En ocasiones, el Emprendedor se asocia con uno u otro profesional para complementar sus habilidades, para equilibrarse como equipo.

Eso que uno no puede hacer tan bien el otro sí, aquello de lo que uno carece o desconoce el asociado podrá hacerlo mejor. Esta es una sociedad ideal, porque los problemas se reparten equilibradamente.

Emprender en sociedad no significa buscar socios solo para que carguen con esa responsabilidad que uno no quiere hacer, o que no puede desarrollar por falta de motivación.

Asociarse no implica asignar todo el trabajo a otra persona para que uno se quede solo a nivel ejecutivo, o a tomar las decisiones, o a buscar clientes en las altas esferas de la sociedad.

Cuántas veces no hemos escuchado por allí: – Oye ¿porqué no nos asociamos? y te proponen que tú hagas casi todo el trabajo, o que resuelvas tú solo los problemas.

Y cuándo le dices: – ¿Tú que vas a aportar a la sociedad?,

Te responde: – Bueno, yo eso lo tengo en mi cabeza, yo estaré haciendo gestiones con empresarios, tú arráncate trabajando y ya te iré diciendo por dónde avanzaremos.

¡Así no se puede asociar uno con nadie!

Una persona resolutiva, una persona que sabe enfrentar problemas y gestionarlos no necesita en principio socios que le digan cómo hacer las cosas.

Pero, vivimos en sociedad, y dependemos de los demás para complementarnos. Para mí, esa complementación significa que los problemas se comparten y se reparten equitativamente.

UN PUNTO MUY IMPORTANTE.

Hacer las cosas, o ver porque las cosas sucedan no es en sí un problema. Hay que entender la diferencia entre ejercer las responsabilidades de uno y resolver los verdaderos problemas.

Por ejemplo:
Tenemos que escribir un artículo par una revista especializada.

Escribir el artículo NO es un problema, ES una responsabilidad.

Si entendemos esta obligación como un problema, estamos teniendo un serio problema pero con nosotros mismos, porque no podemos gestionarnos como profesionales.

Mientras se escribe el artículo, un problema real podría ser “que no nos hayan proporcionado parte de la información porque la fuente se niega a hacerlo”, ese es un asunto ajeno a nuestra competencia.

Entonces, para resolverlo tendríamos que buscar otras fuentes, o pedirle a un tercero que interceda para que nos entreguen la información. Y en caso negativo, habrá que buscar opciones alternativas y resolver el problema de la falta de información.

Un Ejecutivo o un Emprendedor tienen que saber gestionar problemas, pero también necesitan objetividad para reconocer cuando el problema principal es la gestión de sí mismos.

La negligencia, la pereza, la falta de implicación o la carencia de motivación son problemas internos de la persona.

El que resuelve problemas debe tener una actitud proactiva, debe ser una persona de acción.

Un profesional resolutivo no es alguien tibio ni perezoso, es alguien que sabe primero gestionarse a sí mismo antes que a los demás, es alguien que no demuestra carácter hablando en tono fuerte, ni golpea el escritorio, ni pretende liderazgo a fuerza de dar órdenes como si fuera Coronel.

El Ejecutivo sabe que su primera responsabilidad es resolver problemas y punto.

Entrada y salida musical de Kevin MacLeod de Incompetech.com

Imagen de Pixabay Libre de Derechos de Autor (Creative Commons).

Fotógrafo: Arek Socha (qimono).

 

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