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¿Quién te otorga el Reconocimiento por un Logro alcanzado? Frase de la imagen del Actor estadounidense Denzel Washington: : “El hombre te da el premio, pero Dios te da la recompensa”.

¿Quién te da Reconocimiento por un Logro alcanzado?

¿Cómo se le puede hacer un reconocimiento a un empleado, o a un compañero por haber logrado un éxito?


En esta emisión del podcast de emprendimiento te comparto una historia de Alexander Kjerulf,  experto en el tema «Felicidad en el trabajo», quien también es Consultor de negocios y Director General del CHO Blog (Chief Happiness Officer Blog), que en su traducción literal sería el Oficial o Director Ejecutivo de la Felicidad.

Alexander suele cuestionar:

¿Cómo se otorga a un empleado el reconocimiento por un logro excepcional?

Una primera forma es hacérselo notar, puedes decirle:

-Oye, ¡Qué bien está eso que hiciste!- o -Felicidades por haber alcanzado tal hito.

Otra opción es darle una palmadita en la espalda, o invitarle a comer para celebrarlo.

En otros casos, algunas empresas suelen emitir un comunicado en forma de e-mail informando a todos sus empleados de que a ‘Fulano’ se le hace un reconocimiento por su gran labor, o por haber alcanzado tal cosa, o por haber logrado una venta que impulsó a la empresa,

Tampoco necesita ser un comunicado ex profeso, se puede implementar haciendo una mención especial en el boletín oficial de la compañía, ese que se publica da mes en la empresa.

Alexander Kjerulf, quien también es Consultor de productividad y felicidad para grandes empresas como Microsof, IKEA, Shell, Hewlett Packard (HP), Hoteles Hilton entre muchas otras, suele contar la siguiente anécdota que se desarrolló en una compañía de coches en Dinamarca.

En esa empresa instituyeron internamente un premio o condecoración al que le denominaron ‘La orden del elefante’.

‘La Orden del elefante’ no es otra cosa que un simpático elefante de peluche de poco más de 60 centímetros de alto., cuya virtud reside en que puede ser tomado por cualquier empleado,

y sin autorización previa puede entregárselo temporalmente a cualquier compañero que juzgue que se lo merezca como recompensa por haber hecho o alcanzado algo ejemplar, por supuesto, algo generalmente relacionado con el trabajo.

Los beneficios no solo acarrean los elogios durante la entrega del elefante que se coloca visiblemente en el lugar de trabajo del condecorado,

los beneficios reales llegan cuando cada persona, compañero o empleado que pase por el lugar del condecorado se detenga a saludarlo y a felicitarlo, o en su caso para preguntarle la causa por la cual ha sido premiado:

-Oye, ¿Porqué te han dado el elefante?, ¿Qué hiciste?…  Aaaaah, ¡Pues excelente!, ¡Muy bien!

Después de esos elogios,

todos seguirán comentando el logro del empleado premiado a lo largo de la empresa, así se correrá la voz;

y al final, todos en la compañía conocerán la causa por la que el premiado ha sido merecedor de esa condecoración, “La orden del elefante”.

En el lado negativo de la comunicación

Cuando a un profesional o a un empleado le suceden hechos lamentables, eventos negativos o vergonzosos,

lo que suele suceder es que todos sus compañeros se ponen a pasarse el chisme:

Unos a otros se cuentan las causas y efectos de determinado error del Director, o

el fallo que cometió el gerente de producción,

o se criticará la mala decisión que tomó un operativo de finanzas y que les va a costar un dineral arreglarlo.

Las malas noticias y los fallos corren como la pólvora, porque los humanos contamos con una cierta morbosidad que nos empuja a informar a los demás del mal ajeno y a chismear acerca de ello.

Con esta anécdota, Alexander Kjerulf demuestra que:

Las noticias buenas también pueden y deben proliferar a gran velocidad si se comunican como lo que son, noticias relevantes.

Cuando alguien es condecorado con ‘La orden del elefante’,

es de suponerse que muchos compañeros de trabajo acabarán rindiéndole sus respetos al homenajeado.

Cuando los compañeros pasen por el lugar se premiado y se topen con este símbolo de gratitud, estarán casi viéndose obligados a detener su paso para felicitar a quien se lo merece,

se verá mal que pasen de largo haciendo como que no vieron el elefante y que no se detengan a rendir un pequeño tributo en forma pulgar hacia arriba o saludo de mano;

aunque no lo quieran hacer van tener que felicitar a quien se lo merece, porque se expondrían como negativos o envidiosos si no lo hiciesen.

Es por lo anterior que el elefante tiene un tamaño vistoso, porque obliga a que lo vean y a que impulse a dar una felicitación.

Seguro que en muchas ocasiones tu mismo jefe ha evitado dignarse a felicitarte por algo que hiciste y que lo merecía, pero si otra persona se da cuenta de tu meritoria acción, puede darte ‘La orden del elefante’.

Si otra persona te felicita sin entrar en conflictos con tu jefe,

estará provocando que muchos te feliciten, o que varios te den el enhorabuena, y eso pone en evidencia a tu jefe, por lo que no tendrá más remedio que reconocer tu acción positiva, o constructiva, esa que quizá se niega a admitir porque compite con su propio trabajo,

y te aseguro que las causas de la condecoración seguramente escalarán hacia los niveles más altos de la organización, de tal forma que hasta el director general se enterará.

A veces no contamos con el reconocimiento de nuestro jefe,

o de nuestros compañeros, pero cuando sabemos que algún profesional por allí se da cuenta de lo que hacemos, de cómo lo hacemos y nos lo aprueba o al menos nos lo reconoce, sentimos un enorme descanso moral,

así vemos con alivio que alguien se da cuenta de lo que hicimos y del valor que tuvo eso que aportamos, y muchas veces esto es más que suficiente para sentirse satisfecho.

También se puede utilizar otro símbolo como reconocimiento.

Si a alguna empresa o persona le parece que el elefante de peluche es ridículo, o inapropiado, porque más bien parece un regalo para otros fines, quizá esa condecoración pueda sustituirse con otra cosa:

En lugar del elefante podría utilizarse un símbolo de la empresa, o una planta muy particular, como un pequeño pino, o una palmera, o un letrero sostenido en una base, en fin,

cada quien puede adoptar la condecoración que juzgue más seria para que nadie se lo tome a broma, esto sería contraproducente.

Es importante que un reconocimiento así pueda surgir de cualquiera en el entorno y que su asignación no solo sea facultativa del jefe inmediato.

Existen otro tipo de reconocimientos por haber logrado una acción insigne. Por ejemplo:

los reconocimientos en forma de compensación económica son siempre bienvenidos,

también los reconocimientos en forma de ascenso de puesto, o

de mejora de prestaciones, o

en asignación de acciones de la empresa.

Reconocer el Trabajo de los demás te beneficia.
Todos éstos reconocimientos son totalmente bienvenidos,

pero a veces, debido a la difícil situación financiera de la empresa, o porque se considera que tampoco es conveniente estar ajustando económicamente el salario cada vez que alguien logre un objetivo interesante, es poco probable que el reconocimiento por un logro venga en forma de dinero o sus derivados.

Pero, en todos los casos, un mínimo reconocimiento por un logro en forma de

-“Gracias a nombre de todos, lo hiciste muy bien”,

o ser debidamente mencionado en el boletín mensual de la empresa como destacado, es un gran aliciente no solo para el empleado,

también es un aliciente para el resto, para que todos aspiren a también ser condecorados. Esta “Orden del elefante” u “Orden del salmón” u “Orden de los búfalos mojados”, como quiera que le quieran llamar, impulsa a todos a lograr sus objetivos, a mejorar.

Además, si el elefante también se comparte entre varios profesionistas, o si uno se lo entrega a otro porque piensa que su trabajo fue más importante para alcanzar la meta del equipo, también sería una forma de dignificarse a sí mismo y dignificar al otro.

De esta forma todos salen ganando y se aprecian mutuamente.

Cualquier forma de condecoración es positiva y constructiva siempre y cuando el elefantito o cualquiera que sea el símbolo de gratitud, no represente una fuente de conflictos y provoque el efecto contrario:

Peleas, competencia desleal, traición, deslealtad, etcétera,,, que de todo he visto por allí.

¿Sabemos reconocer el Talento?

Admitir el trabajo bien hecho de los otros también es una de las cualidades de pertenecer a un grupo mastermind.

A veces, algunos de los miembros de un grupo mastermind comentan y comparten entre sí acciones muy meritorias que han hecho digamos en su trabajo, o en su proyecto de emprendimiento,

acciones que allí no han sido justamente reconocidas, y no digamos que con un aumento de sueldo, o con una bonificación a fin de año, ni siquiera con un -“Bien hecho”-, ni con un -“Lo hiciste muy bien”-, son logros que se entierran en el olvido.

A falta de la mínima decencia para admitir el buen hacer, o el reconocimiento por un logro, el grupo mastermind tiene eso:

que sabe reconocer el trabajo del compañero,

y esto es de capital importancia.

El saberse identificado por un grupo de profesionales que se respetan mutuamente es una gran aliciente que produce un descanso interno y moral.

Es muy importante saber que otros están enterados de mi buen desempeño, esto es fundamental para seguir motivado y con la voluntad de avanzar.

¿Tú implementarías la orden del elefante en tu empresa?

“El hombre te da el premio, pero Dios te da la recompensa”.

-Denzel Washinton

Fotografía de «Reconocimiento por un logro extraordinario» de Pixabay.com libre de Derechos de Autor:
Fotógrafo: Dickson Donatus

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