¿A quién despido primero? ¿Un Dilema Moral o Ejecutivo? | 585

¿A quién despedir primero en un recorte de personal? | Cuándo despedir a un trabajador | Cómo liquidar a un empleado | ¿A quién despido primero? ¿Un Dilema Moral o Ejecutivo? | El dilema de saber a quién despedir de una empresa | Toma de decisiones ejecutivas de alto nivel

¿A quién despido primero? ¿Un Dilema Moral o Ejecutivo?. Frase de la imagen de Gustavo Pérez Ruiz.

¿A quién despido de la empresa?

Hace ya varios años, me tocó participar en un debate entre algunos ejecutivos acerca de la dificultad que en algunos momentos puede ser el tener que tomar una decisión directiva, una que ponga al ejecutor (a quién toma la decisión) entre la espada y la pared.

La complejidad de esta decisión reside en que el ejecutivo se debate entre lo que por un lado le dicta su conciencia (o su moral), y por el otro lo que le manda su deber como profesional.

Aquí te traigo la misma pregunta que me plantearon hace ya algunos años ¿A quién despido para quedarme con un solo puesto?

 

La anterior es una cuestión que no está libre de polémicas, así que me permitiré comentarte mi respuesta desde mi punto de vista, uno con el que puedes o no estar de acuerdo, pero como siempre expongo en este programa de desarrollo profesional: «Yo trato de no pontificar».

Tú seguramente tendrás tu opinión personal y puede ser tan valida como cualquiera.

¿A quién despido de la compañía?

Te planteo la siguiente hipótesis:

Vamos a suponer que eres Director o Directora General de una empresa, una que no es de tu propiedad, y, en ésta compañía tampoco tienes acciones, simplemente eres la persona de mayor rango, digamos que eres el CEO. Esa empresa está atravesando por una serie de dificultades financieras, unas que te obligan a hacer algunos recortes de personal.

¿Qué es un CEO y cuáles son sus funciones?
Los despidos nunca son agradables, a nadie que sea buena gente le gusta la idea de despedir parte de su personal.

Pero, después de las extensas evaluaciones que realizaste de los puestos de trabajo, te ves forzado a despedir a varios empleados.

Te encuentras con que una de las áreas está controlada por dos coordinadores que se reparten equitativamente todo el trabajo.

Ya analizaste que la carga de trabajo que tienen ambos coordinadores no es tanta como para que no la pueda llevar uno solo de ellos, así que tú y tu Gerente de recursos humanos determinan que debes prescindir de uno de estos empleados, y el otro, el que se quede, desarrollará el trabajo de los dos.

Elegir a quién se despide siempre genera polémicas

Entonces, la polémica surge cuando tienes que decantarte por alguno de los dos, ya que solo puedes quedarte con uno. ¿A quién despido de la compañía?

Y para tomar la mejor decisión,

evalúas muy bien los dos perfiles, además de que por supuesto ya conoces cómo trabajan los dos coordinadores, para efectos de esta hipótesis los llamaremos Julio y David, y aquí pido que no se señale a nadie, estos nombres no tienen que ver con ningún conocido mío, son nombres puramente aleatorios.

Entonces, en tu análisis has encontrado que estos dos coordinadores cuentan con los conocimientos indispensables del puesto como para que en caso dado, cualquiera que se quede solo pueda con las responsabilidades del cargo.

Y, para tomar la mejor decisión, te pones a considerar más parámetros individuales, así que te encuentras con que

A) Julio tiene 28 años de edad, es soltero y no tiene hijos. En su evaluación del desempeño así como en sus resultados anuales es calificado como Altamente Eficiente. El tiene muy buenas capacidades de gestión y cumple bien sus objetivos.

B) Luego tienes a David, quien ya cumplió 47 años, es casado y tiene dos hijos. En su evaluación del desempeño arroja resultados que lo califican como Regular a Bueno, y además encuentras que le cuesta trabajo alcanzar sus objetivos.

Aquí, en esta hipótesis tienes claramente a dos perfiles, uno muy joven y el otro maduro, uno que no tiene responsabilidades familiares inmediatas y el otro si las tiene; además uno es mucho más eficiente que el otro.

¿Tú a quién despedirías?

Como ves, no es fácil responder a esta pregunta, como tampoco es fácil ser Director General.

A veces vemos a los máximos jerarcas de la compañía como unos privilegiados, pero no reparamos en que casi siempre están allí porque entre otras cosas tienen capacidad de decisión basados en su amplia experiencia.

Y, les guste o no, ellos o ellas (los CEO’s) tienen que tomar las más duras decisiones, y el saldo positivo o negativo que resulte de esas decisiones son su completa responsabilidad.
Pequeñas Decisiones con Grandes Consecuencias.

Este tipo de decisiones les pueden llegar a afectar tanto física como emocionalmente, pero como ya he comentado en otras entradas, los buenos CEO’s saben gestionar todas estas presiones, por eso están allí, para no doblarse aunque por dentro les afecte.

Tú  ¿A quién dejarías en el puesto de coordinador?

¿A quién despido Yo como Director General?

Como ya lo dije, Yo te voy a dar mi particular respuesta, y para tomarla me baso en una de las premisas que comenté al principio de esta hipótesis:

Soy el Director General de una empresa que no es mía, estoy como ejecutivo pagado con un salario más un paquete de prestaciones ajustadas al puesto.

Si la empresa fuera mía, quizá podría sacrificar otros gastos para no tener que despedir a ninguno de los dos, y esto solo afectaría directamente a mi bolsillo, pero, como no soy dueño de la empresa, ni tampoco su accionista, tengo que cumplir con mis funciones, y

una de mis funciones como Director General es velar primeramente por los intereses de la empresa.
Mi primera acción como Director General o CEO
Sé que tengo que basar mi decisión en el mejor provecho para la compañía, y este provecho incluye:

A) Defender el dinero de los accionistas (o sea mis jefes),

B) Proteger los gastos de la compañía, y

C) Mantener al mayor número de empleados posibles sin dejar de lado la eficiencia, y

D) Aunque lo dejo al último pero quizá debería ser el primero: debo velar para que la calidad y/o el servicio que se presta a los clientes no decaiga debido a malos manejos de recursos tanto materiales como humanos en este caso.

¡ Así que Yo me quedaría con Julio !

Yo me decidiría por el más joven, quien además no tiene hijos, pero estos no son factores que se tengan que tomar en cuenta a la hora de tomar la decisión.

Alguno seguramente me podría argumentar:

«¡Qué malo eres!

¡Qué cruel decisión tomaste!, o

¿Por qué mejor no despides a Julio?, ya que si es tan eficiente seguramente no tendría problemas para conseguirse otro empleo en cualquier sitio.

Mejor despide a Julio que aún no se ha casado, ya que un soltero sin hijos tiene mejores posibilidades de mantenerse sin empleo, en comparación con un Padre de familia«.

Todos estos son argumentos muy válidos, pero aquí estoy proponiendo mi personal decisión.

Entonces ¿A quién despido de la empresa?… Yo a Julio.

Dejo a la persona más eficiente en el puesto porque no quiero tener que estar tras de una persona que no es tan confiable, que no da tan buenos resultados y a quien probablemente tenga que dedicarle parte de mi tiempo para vigilarle de cerca.

Un ejecutivo que delega, en este caso «Yo como Director» le delego funciones al Coordinador, esto esperando no tener que controlar su trabajo directamente,

Yo preferiría casi ni exigirle que haga bien su trabajo, y solo saludarlo por los pasillos, porque lo ideal es que el Coordinador cumpla con todas sus funciones al máximo rendimiento posible, y si no tengo necesidad de llamarlo al orden, esto quiere decir que todo va sobre ruedas.

Tomo mi decisión de ¿A quién despido? pensando que el resultado del trabajo de Julio beneficia directamente a la empresa. Su trabajo fortalece a la compañía en su conjunto, eleva los valores corporativos y puede hasta ser puesto como un ejemplo a seguir.

No tengo nada en contra de David, nada personal,

pero tomo una decisión que no solo protege a Julio, protege los empleos de los demás trabajadores, también a los accionistas y por supuesto a los clientes, y si quieren en último lugar a mi también.

Siempre se ha dicho que las empresas son frías, que toman decisiones como si fuesen máquinas, cosa que -cabe decir últimamente- está cambiando mucho.

Afortunadamente, cada vez más y más las personas se identifican con los humanos que hacen los productos, con los humanos que están detrás de las marcas, más que identificarse con los conglomerados corporativos que no dan la cara.

Una empresa como Procter & Gamble o Price Waterhouse carecen de un Evangelizador como Guy Kawasaki con Macintosh‘, tampoco cuentan con una cara visible que los represente, como el caso de Steve Jobs con Apple.

Los 7 Conceptos de Éxito de Steve Jobs

Lo cierto y lo malo también es que las empresas de gran tamaño están decayendo,

van a quedar muy pocas empresas con influencia a nivel global, eso sí, mega-conglomerados que no generarán muchos puestos de trabajo; ya está pasando, ve por ejemplo a Alibabá o a Amazon.

Los organigramas jerárquicos que se parecían a una pirámide tienden a ser cada vez más acostados, ya no se parecen a esos corporativos donde tienes cuatro puestos por encima y cinco por debajo, esto se debe a que se están automatizando muchos procesos que dejan en el desempleo a la gran mayoría.

Al compartirles esta hipotética pregunta, de ¿A quién despediría primero?, no he pretendido alardear de frialdad de cabeza, ni tampoco he querido hacerme «el interesante» exponiendo que sería un Director General «muy ejecutivo», NO…

Afortunadamente jamás he estado en la posición de tener que enfrentarme a una de estas complejas coyunturas, pienso que me hubiera afectado muchísimo;

lo que más bien quiero transmitirte es la idea de que una decisión ejecutiva debe procurar la protección del conjunto, no tanto la del elemento individual.
Una decisión ejecutiva ha de tomar en consideración el beneficio de toda la compañía, por encima de enfocarse en uno solo de los factores que la forman.

Suena cruel decirlo, pero en el argot de los altos niveles directivos se sugiere que ‘No se deben ejecutar decisiones con la mano en el corazón’, a no ser que la compañía sea de tu propiedad, en cuyo caso te felicitaría por tu gran generosidad.


“Tú no despides a alguien y le informas al Rey. Un despido está en manos del Rey con la asesoría por supuesto de su Primer ministro”.

Karpal Singh


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Fotografía de ¿Cómo o cuándo despido a un empleado? de Pixabay.com libre de Derechos de Autor.
Fotógrafo:  Alexas_Fotos

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