Pequeñas Decisiones con Grandes Consecuencias | 478

Pequeñas Decisiones con Grandes Consecuencias | Análisis y toma de decisiones Ejecutivas | Decidir Emprender un Negocio | El impacto de las decisiones sin importancia | Cómo tomar decisiones Importantes y trascendentales | Decisiones cotidianas

15 Reflexiones acerca de las pequeñas decisiones que producen grandes consecuencias en nuestra vida. Frase de la imagen de Ben Horowitz: “A menudo cualquier decisión, incluso la decisión incorrecta, es mejor que ninguna decisión”.

Pequeñas Decisiones con Grandes Consecuencias

¿Sabes cómo afectan en tu vida las pequeñas decisiones que tomas a diario?

Todos los días, los seres humanos tomamos decisiones, para bien o para mal, desde que nos levantamos, mientras vamos en camino a la escuela, o en el trabajo, o cuando convivimos con familiares y amigos, incluso cuando nos encontramos solos; puedo afirmar que gran parte de nuestros actos implican la toma de decisiones.

Desde mi particular punto de vista, existen tres tipos de decisiones en cuanto a su repercusión:

PRIMERA. Las decisiones que no tienen ni la menor importancia.

Si por ejemplo, quiero tomarme un café, puedo decidir entre ir a la cafetería tradicional cerca de mi casa, o ir a Starbucks.

Después de tomar la decisión, me acerco hasta la cafetería de la marca norteamericana, y allí, tengo que decidir cómo voy a querer mi café, y entre una enorme variedad de opciones, tipos, tamaños, temperaturas y calidades tomo la segunda decisión.

Éstas son el tipo de decisiones que no tienen ninguna repercusión sobre mi vida, porque son intrascendentes.

SEGUNDA. Las decisiones que tienen mayor categoría (o peso).

Los aciertos y fracasos de las decisiones de mayor envergadura implican grandes consecuencias en nuestra vida, pueden tener gran trascendencia en nosotros y en nuestro medio. Por ejemplo:

La primera gran decisión que tomé fue

escoger mi profesión cuando todavía era un adolescente. Decidí ser Ingeniero civil. En esa etapa de mi vida tomé una decisión muy importante, porque en ese momento conocía que ésta tendría un alcance de por vida, una que sigue teniendo resonancia en mi vida actual.

Hay muchas decisiones que tienen gran calibre,

como comprar una casa firmando una hipoteca, o renunciar a un empleo fijo para emprender por cuenta propia, o tener muchos hijos, o asociarse con algunos colegas, o casarse, etcétera.

Las decisiones más importantes que tomamos necesariamente implican un análisis a consciencia, en algunos casos investigaciones a fondo, o contar con grandes conocimientos previos, y por supuesto: asumir riesgos.

En otros casos hay que hacerle caso a nuestro instinto, o a nuestro corazón, y aprender a confiar en otros, pero especialmente en nosotros mismos. Estas decisiones acarrean grandes consecuencias, tanto positivas como negativas, y como no tenemos certidumbre acerca del resultado, nos provoca dificultades a la hora de tomarlas.

TERCERA. Las decisiones que superficialmente pueden parecernos irrelevantes.

En primera instancia, estas al parecer «pequeñas decisiones» provocan en realidad un gran impacto en nuestra persona o en nuestro entorno, uno del que no nos damos cuenta en el momento de tomarlas.

Estas pequeñas decisiones que al parecer estimamos insignificantes, casi siempre arrojan resultados impactantes a largo plazo, especialmente cuando actuamos de forma recurrente.

Cuando estas pequeñas decisiones se convierten en hábitos o en rutinas, provocan resultados acumulados que dejan huellas, y las tomamos casi sin tener consciencia de su magnitud.

«Decidir o no decidir. esa es la cuestión».

Cada día todos tomamos pequeñas decisiones, y cada una provoca consecuencias positivas o negativas en nuestra persona.

A continuación, te propongo 15 reflexiones acerca de las pequeñas decisiones que producen grandes consecuencias:

UNO. Si después de haber tenido una «Gran idea» empresarial

te tomas pocos minutos para descartarla, y decides que no vas a hacer el Plan de Empresa porque es muy tedioso, porque tendrás que hacer muchas previsiones sobre las operaciones, y eso requeriría mucho trabajo previo y, no tienes tiempo para ello, entonces, nunca sabrás si pudiste haber sido exitoso o no.

Eliminar esa idea te pudo haber llevado unos minutos, pero las consecuencias nunca las sabrás.

DOS. Si cada día decides seguir en el mismo trabajo que no te gusta,

si te mantienes en el empleo que no te satisface porque allí te encuentras o te sientes seguro, debes asumir las consecuencias y no quejarte si el trato que allí recibes es injusto, quizá creyendo que no te pagan de acuerdo con tu categoría.

Ir a tu trabajo es una de las pequeñas decisiones que tomas cada vez que te levantas, y eso impacta tanto positiva como negativamente en tu vida.

TRES. Si decides ver las películas, canales de televisión y

la radio que escuchas en el idioma que quieres aprender, por ejemplo en Inglés, o en Francés:

Estas pequeñas decisiones te conducirán a mediano plazo a tener significativos avances con ese idioma, y a largo plazo, descubrirás con gusto que has tenido enormes progresos, a tal grado que entenderás prácticamente todo lo que escuches.

Estas son el tipo de pequeñas decisiones que diariamente tomas casi sin pensarlo, y que provocan consecuencias positivas.

CUATRO.Si decides no leer, o casi no leer porque “tienes mucho trabajo”, o

porque eso “no te genera ingresos”, o “porque dices que tener experiencia es más importante”, esas son pequeñas decisiones que pueden acabar afectando tu madurez, o a tu desarrollo personal.

Si diariamente decides no leer, probablemente quedarás obsoleto, o anquilosado, u oxidado; podrías perder competitividad, así no estarás debidamente actualizado.

No leer es una de las pequeñas decisiones que tomas a diario, una que a la larga se acabará notando en cada uno de tus comentarios, en tus expresiones y en tu falta de criterio.

CINCO. Si decides levantarte tarde todos los fines de semana,

si no aprovechas el tiempo productivamente, creciendo interiormente, haciendo deporte, despejándote, compartiendo actividades con tu familia, estás tomando pequeñas decisiones que a largo plazo te pueden acabar pesando, porque como dijera Marcel Proust:

no podrás ir «En busca del tiempo perdido«.

SEIS. Si decides gastar tu tiempo en redes sociales

solo para ver cuántos seguidores y «me gusta» tienes, para estar husmeando en la vida de los demás, para ver, comentar y criticar las imágenes de tus amigos o los chismes de actualidad,

deberás asumir las consecuencias de dilapidar tu tiempo, tiempo que no aprovechaste constructivamente.

SIETE. Si decides guardarte tu conocimiento y tu experiencia,

si diariamente determinas no compartir tu «propuesta de valor» porque piensas que te van a robar las ideas, o crees que el hecho de exponer ese «Saber hacer» te hará menos indispensable, estás tomando decisiones a mi juicio egoístas.

Solo con estas sencillas decisiones de inacción, estás evitando conectar con gente con la que podrías intercambiar conocimiento, y destruyes la posibilidad de establecer una constructiva relación a largo plazo.

OCHO. Si decides no actualizarte,

si determinas que no es necesario tomar más cursos, o ir a una academia para aprender un tema nuevo, algo que te ayude a mejorar profesionalmente para contribuir en sociedad, o dejas de prepararte por tu cuenta,

así estás tomando pequeñas decisiones que aunque parezcan sencillas son radicales, dado que te estás condenando a no evolucionar.

NUEVE. Si decides ver programas de televisión,

y también vídeos de Youtube o Netflix, unos que no te obligan a pensar, o a meditar, o a replantear tus valores, o a cuestionar tus acciones, entonces, 

estás tomando pequeñas decisiones que a largo plazo te pueden limitar de participar con aportaciones enriquecedoras en algún medio; esto te evita contar con tus propios puntos de vista, unos que sean únicos e interesantes.

DIEZ. Si decides que no vas a profundizar en ningún tema,

si no quieres o no consideras que vale la pena ser ‘excelente’ en alguna cosa, una en la que puedas apoyar a los demás para contribuir a que sean mejores, para ayudarlos a superarse, entonces

será muy complicado que a largo plazo puedas ser considerado una referencia en un tema, especialmente si decides ponerte en marcha cuando ya no tengas tanto tiempo.

ONCE. Si decides que no vas a convertirte en un experto gestor de tu propio tiempo,

si decides que no es necesario aprovechar cada uno de los minutos que desperdicias para transformarlo en algo constructivo, y prefieres seguir diciendo que «tienes muchísimo trabajo», o que «estás copado de reuniones», entonces asume las consecuencias de no ser eficiente con tu tiempo.

Evalúa detalladamente el tiempo que supuestamente consumes trabajando.
Plantea nuevos esquemas para recortar tus actividades.

No puede ser que estés muy bien preparado, que seas muy capaz y competente y siempre tengas mucho trabajo; es lamentable que todavía no hayas aprendido a aprovechar tu tiempo, esto es contradictorio.

Si decides que ésta seguirá siendo tu actitud debes asumir las consecuencias, probablemente pierdas competitividad, y seguro que tu marca personal tampoco será la mejor.

DOCE. Si en lugar de leer revistas, blogs y publicaciones especializadas

en los temas que mejoran tu supuesta área de influencia, o de pericia (expertise), si decides leer revistas del corazón y la farándula, o periódicos deportivos, (cuando tu no trabajas en estas industrias), así estás renunciando a tener una marca personal que pueda ser referencia.

Cómo mejorar el Valor de tu Marca Personal.

TRECE. Si encuentras deficiencias en algunos compañeros de trabajo, o en tus socios,

o incluso en tu propio jefe, deficiencias que tú podrías contribuir a convertir en competencias, y decides que no los vas a ayudar a mejorar, entonces

debes asumir las consecuencias de no provocar las condiciones para que se genere una sinergia positiva, una que beneficie a todo tu entorno,

Además, podrías ser considerado una persona no cooperativa, y debes entender que te perderás de vivir una experiencia que te dará grandes satisfacciones personales.

CATORCE. Si decides gastar tu dinero en cosas que no te generen más ingresos (activos),

en cosas que tampoco te aporten valor y riqueza interior, si decides consumir y gastar tu dinero en marcas caras estás en tu derecho.

Si tomas pequeñas decisiones de no ahorrar, o de no capitalizar tus deudas, o tu hipoteca, si decides que el ocio o los viajes de placer tienen mayor peso sobre el ahorro, estás tomando pequeñas y duras decisiones que deberás asumir cuando estés escaso de recursos.

30 Consejos Financieros de Robert Kiyosaki.

QUINCE. Unas de las peores decisiones.

Si eres mayor de edad y decides que alguien más decidirá por ti cada pequeña acción que tengas que poner en marcha, entonces asume que enfrentarás unos escenarios muy difíciles de gestionar, unos que pueden dibujarse casi imposibles.

Conclusiones.

Al final, tomar o no tomar decisiones, sean buenas o malas, repercuten en tiempo, porque conforme tardemos en decidirnos, conforme aplacemos ciertas decisiones, estaremos actuando con menos camino por delante, encontrando poco margen de maniobra.

El tiempo necesario para desarrollar cualquier idea o proyecto cada vez será más corto, cada día tendremos menos margen de maniobra, y cada decisión que tomemos podrá ser más difícil, especialmente si cambiamos de rumbo.

No pretendo ser un exagerado, o alarmista,

pero me empiezo a dar cuenta de la enorme repercusión de tomar estas pequeñas decisiones aparentemente intrascendentes, dado que a cierta edad voy descubriendo la importancia de aprovechar el tiempo, de utilizarlo con calidad.

Aunque no lo parezca, todos pagamos las consecuencias por nuestras acciones e inacciones, por tomar o no tomar pequeñas decisiones.


“A menudo cualquier decisión, incluso la decisión incorrecta, es mejor que ninguna decisión”.

-Ben Horowitz.


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8 Lecciones de Éxito de Ben Horowitz.

Fotografía de Pixabay.com libre de Derechos de Autor.

Fotógrafo: Arek Socha / Qimono.

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