Lo que podemos lograr con nuestros recursos personales | Artículo de: Gustavo Pérez Ruiz
¿Crees que tú podrías transformar el mundo con una simple hoja de papel, o al menos el mundo que te rodea?
¿Qué podríamos tratar de hacer o de lograr con una hoja en blanco?
Se me ocurre que podríamos doblarla y hacer un pequeño avión, o realizar un dibujo a carboncillo, o armar una figura de origami, quizá un avestruz, o una paloma; alguien más haría un letrero para dar un aviso, en fin, haríamos todo lo que la imaginación nos arroje o lo que la necesidad nos impulse a crear.
Lo que podemos lograr con nuestros recursos personales
Sí, solo con una hoja en blanco los más creativos serían capaces de hacer algo que genere emociones, como escribir la letra de una canción, o un poema, o una carta de amor.
Los más prestigiosos y por lo mismo los más reconocidos por todos sus similares, esos y esas que tienen el poder de influir en los demás, serían capaces de impactar positivamente en la consciencia de sus seguidores, probablemente escribiendo un decálogo, o unas sugerencias, o algunas máximas, todo en aras y de ayudar a que otros tomen las mejores decisiones para ponerse en acción.
Por su parte, quien carezca de toda gracia, o sea, un desgraciado, podrían escribir una carta amenazante, o una declaración de guerra, o un manifiesto discriminatorio.
Con una hoja en blanco, los mas iluminados crearían algo que cambie positivamente la forma de ver y entender de los demás.
De forma similar a la hoja de papel, sucedería lo mismo con un pedazo de mármol.
Con un bloque de mármol muchos diseñadores franceses allí verían la posibilidad de fabricar baldosas, encimeras, jaboneras. Los artistas plásticos italianos podrían tallar esculturas, capiteles, floreros, fuentes.
Seth Godin, quien es probablemente el más reconocido publicista del mundo, escribió este comentario en su blog que:
“Las personas que construyeron el Internet, el mismo que ahora estás usando, vieron cómo con unos circuitos y un simple código de programación podían conectarse para construir algo nuevo y más grande, tan grande que revolucionaría el mundo casi al completo. Otros también tenían (y puedo decir que todavía tienen) las mismas herramientas, pero no la misma visión.”
El filósofo francés Jean Paul Sartre (1905-1980), considerado como ‘El Padre del Existencialismo’ proclamó en su libro “El Ser y la Nada” que:
«El Hombre (o la Mujer) no es, se hace.»
Puedo afirmar que esta frase es la base de su pensamiento.
En ese mismo libro Sartre expuso que “El ser puede tener 2 facetas”. Este concepto es más sencillo de lo que parece, a pesar de que a Sartre se le considera como una lectura rocosa y/o aburrida.
Las 2 facetas del Ser (según J.P. Sartre):
A) EL SER EN SI
El ser en sí es el que no es variable, ni mutable. Esto quiere decir que permanece siempre igual, que no evoluciona; tampoco tiene posibilidades de ser otra cosa, y ejemplos de esto pueden ser una mesa, un ladrillo, una pelota, o también cierto tipo de personas, ahora lo veremos.
B) EL SER PARA SI
El ser para sí es el individuo. Ese o esa que está en devenir; esto significa que tiene posibilidades de cambio, de ser otra cosa, de evolucionar, que existe como consecuencia de su constante transformación.
Y para poder evolucionar necesita de libertad absoluta, además de un deseo irrefrenable para llegar a sí mismo, o sea a su esencia.
En pocas palabras, lo que Sartre sostiene es que
«Cada quien es el constructor de su propia vida, y nadie puede ni debe decirle cómo hacerlo, ni cómo llegar a ser uno mismo».
¿Lo que podemos lograr con nuestros recursos personales nos define?
Nuestra condición pensante, nuestra identidad, nuestra manera de entendernos y expresarnos con palabras, y sobre todo con arte (con algo que hemos creado), es lo que nos define a cada uno en nuestra individualidad.
Todo lo que hacemos, todo lo que producimos, así como nuestro comportamiento, y la forma en la que aprovechamos nuestros recursos personales, tanto materiales, como físicos e intelectuales es lo que nos diferencia de nuestros similares.
Eso que hacemos y producimos nos distingue a cada uno y a cada una.
La persona que no crea nada, o sea que no provoca un cambio para bien con algo que haya hecho, quien no se supera a sí misma, el que no busca mejorar a diario, que no produce y solo consume ES UN SER EN SÍ -según decía Sartre-.»
En tu caso, ¿Qué te define en un SER PARA SÍ?
¿Qué eres capaz de producir con los elementos que tienes a la mano?
¿Qué puedes crear con tus propios recursos?
Y cuando digo recursos me refiero a tu educación, a tus habilidades, tanto físicas como mentales. No tomes tanto en cuenta tus recursos materiales, tu dinero o tus posesiones.
¡Ah! y no olvidemos: ¿Qué puedes aportar con tu recurso más preciado? …
Tu tiempo.
Piensa un poco en lo que podrías ayudar a otros desde tu puesto de trabajo, o en eso que podrías lograr con tus recursos personales, cualquiera que sea tu jerarquía, o incluso desde tu sillón de jubilado.
O, en su caso, ¿Qué puedes aportar a los demás con tu conocimiento, o con tu experiencia en determinado campo?
¿Cómo podrías mejorar la vida o el trabajo de los demás con un blog, con un canal de Youtube, o incluso con un podcast?
Por ejemplo, hablando de podcasts que generaron un gran impacto, quizá recordarás que en el año 2014 la periodista estadounidense Sarah Koenig produjo un podcast nombrado SERIAL -el podcast más popular y escuchado incluso a la fecha-.
SERIAL puso en duda el veredicto de cadena perpetua que condenó a un hombre a prisión, supuestamente por haber matado a su novia en 1999.
La investigación de Sarah Koenig (que expuso en formato podcast) cuestionó públicamente los escasos y mal fundamentados elementos que sirvieron como pruebas para enviar un hombre injustamente a la cárcel.
A finales de septiembre de 2022, la iniciativa de Koening, desencadenó, nunca mejor dicho, la liberación de un hombre que llevaba más de veinte años tras las rejas. Y todo con el poder de un podcast.
Esto nos lleva a visualizar el enorme potencial de acciones que podemos llevar a cabo con solo un teléfono celular, o móvil, uno que hoy puede albergar fácilmente una enorme cantidad de plataformas de creación, como un blog, como un podcast, como un canal de Youtube, incluso apoyados con alguna cuenta en Facebook o en Twitter.
En tu caso,
¿Qué eres capaz de producir y/o lograr con uno de tus recursos personales, tu teléfono celular?
¿Qué podrías cambiar en tu entorno con ese smartphone?
Un solo te móvil brinda enormes posibilidades de creación. Y ¡cuidado!, paradójicamente también de destrucción.
A quien no le interese el podcasting podría hacer un cortometraje, de hecho, existen festivales internacionales de cine exclusivos para productores con teléfonos celulares.
En otro ámbito, alguien podría grabar un mensaje de aliento y motivación para determinada comunidad, mismo que podría enviarse y distribuirse por Whatsapp, o por Telegram.
Hay quienes aprovechan el teléfono “entre comillas inteligente” para desarrollar y promover sus propias habilidades creativas, y puede ser produciendo dibujos, o infografías, o documentos con letras tipo antiguas.
Por allí he descubierto maravillosos artistas de las imágenes que toman increíbles fotografías de paisajes, o de personas, o de eventos importantes.
En tu caso también podrías reunir a un grupo de personas de diversas partes del mundo, quizá en Zoom, en Skype o en Google Meet, esto con el objetivo de abrigar una causa común, una que tuviera un fin específicamente benéfico, o de apoyo mutuo, como el caso de los Grupos Mastermind.
La transferencia de habilidades en Grupos Mastermind
En un mundo donde la gran mayoría cuentan con un smartphone, con el cual pueden producir una enorme cantidad de piezas de arte, o de contenidos digitales, la diferencia entre aquellos que solo los utilizan para ver intrascendente videos, o para revisar los mensajes que les dejan en sus grupos de Whatsapp, y los que producen una pieza de arte (la que sea), es la capacidad de ver más allá del espacio que se ocupa, y tomar acciones al respecto.
Esta es una diferencia que cava una enorme brecha entre los que SON EN SÍ y los que SON PARA SÍ, como dijera Sartre.
Todo lo que se puede lograr con recursos personales
Con una sola fórmula, como Einstein hizo,
creando una simple pero secreta receta como el coronel Sanders de KFC creo un emporio,
con una sencilla propuesta, como el invento de la corbata,
o solo con una simple idea se puede transformar la mentalidad del mainstream -o corriente predominante-.
Todo esto demuestra que es posible cambiar las corrientes de pensamiento para bien,,,
Y para ello, para crear algo que impacte, no necesitamos de grandes recursos materiales. Necesitamos pocas cosas, específicamente recursos intelectuales, esos recursos creativos que provoquen ideas originales, ideas innovadoras; y no tanto los recursos financieros, ni los recursos del poder (como los de políticos y militares).
Hoy más que nunca se necesitan producir ideas y teorías que todos puedan asimilar y adoptar con facilidad.
Ya sea que contemos con una hoja de papel, con un pedazo de mármol o con unos cuantos circuitos, o con un teléfono celular, todo lo que hagamos o creemos con nuestros propios recursos materiales e intelectuales, por pocos o pequeños que los consideremos, todo dependerá de nuestra propia visión y perspectiva de las cosas, de nuestra creatividad, de nuestra capacidad para generar un algo, lo que sea, quizá podríamos llamarlo arte.
Casi puedo asegurar que cada uno cuenta con su propio Don para crear una pieza de arte que provoque emociones, o que provea soluciones, o que aporte otro punto de vista, uno que hasta podría innovar los paradigmas de alguna industria; quizá tú podrías hacerlo en tu propio medio.
Si lo ves desde una perspectiva más generosa, sin presumir, sin centrarte en tu Ego, tú mismo, o tú misma eres un recurso per se.
Como dijera la escritora y filósofa contemporánea Alexandra Stoddard:
“Tú no puedes ni podrás ser un recurso para los demás a menos que te nutras», a no ser que te pulas, o sea, que te cultives a nivel intelectual”, por mucho dinero y éxito que consideres tener.
“No es mejor ser el que solo se transforma a sí mismo, sino el que después de cambiarse a sí mismo contribuye ‘para bien’ a que se transforme el mundo a su alrededor”.
-GPR