Signos de que haces Bullying en el Trabajo | 816

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Signos de que haces Bullying en el Trabajo | Por Gustavo Pérez Ruiz

En los Estados Unidos 80 millones de trabajadores son víctimas de bullying. 65 por ciento de los ‘bullies‘ o abusadores ocupan niveles jerárquicos de mayor nivel que el de sus víctimas.

Como seguramente sabes, ‘bully‘ es la palabra inglesa que define a una persona que molesta a otras, también le dicen el matón de la clase, el abusador de los débiles o el tirano del trabajo, entre muchos otros motes.

Comienzo este post así porque recientemente me topé con un artículo de Megan Carle, Consultora de temas de liderazgo y management de la prestigiosa revista Harvard Business Review, donde expone «6 Signos con los que nos podemos dar cuenta si somos abusadores en el trabajo», y en su caso también podemos utilizar estas señales para detectar quiénes pueden clasificarse como opresores, de esos que abusan de su posición con esa sobrada y negativa autoestima que tienen para atribuirse comportamientos intimidatorios que no vienen al caso a costa de la burlas y agravios que le hacen a sus subalternos, o a sus compañeros y entre comillas «Amigos».

Signos de que haces Bullying en el Trabajo

Aquí te comparto 16 signos de que eres un Bully:

Los primeros 6 signos de bullying en el trabajo corresponden al artículo de Megan Carle, el resto son propuesta de la redacción de este programa de desarrollo y gestión ejecutiva:

1. La gente sale de tu equipo en masa

No te das cuenta por qué algunos dejan tu equipo de trabajo, y cuando les preguntas te dan vagas respuestas como: “Siempre quise trabajar en el departamento equis”; de hecho preferirían estar en cualquier lado con tal de no estar cerca de ti, pero les da miedo manifestarlo.

2. Crees que tus ideas son las mejores

Cuando algunos de tu equipo tratan de contribuir con sus ideas, les cortas la explicación y los haces menos diciéndoles que sus ideas no funcionan.

En ocasiones te molestan otras ideas y las interrumpes pronto para seguirte con tu monólogo.

3. Recompensas a los que te dicen sí a todo lo tuyo

No promueves los debates ni las discusiones constructivas. Solo sonríes cuando escuchas que otros repiten tus ideas palabra por palabra.

Premias a los que te apoyan y la retroalimentación no es lo común dentro de tu equipo.

4. Crees que eres la persona más importante de tu equipo

Estás super-enfocado en asegurarte que todos te perciban como un líder exitoso, y te sientes poco motivado para mentorizar, enseñar o dirigirte con ganas de contribuir a otras personas.

5. Crees que la Inteligencia Emocional es para débiles y líderes con habilidades blandas

La auto-conciencia, la auto-regulación, la empatía, la motivación y la comunicación son habilidades en las que raramente piensas, y ni siquiera haces el mínimo intento por ponerte a dominarlas.

En general te concentras en las ganancias, y con tal de obtenerlas pasarías por encima de cualquiera que consideras se interpone en tu camino.

6. La gente no te respeta, más bien te temen, y para ti eso está bien, no te da mas

No estás seguro si los miembros de tu equipo te quieren o si realmente se sienten obligados a hablarte solo porque eres el Jefe.

No tienes idea qué los motiva ni como individuos ni como grupo, ni tampoco te interesa conocerlos a nivel personal.

7. Haces comentarios personales fuera de lugar

Sueles dar indicaciones o recomendaciones a nivel personal cuando no te lo han pedido, justo cuando tu comentario no tiene nada que ver con asuntos comunes del trabajo, tales como:

«No te lavas los dientes después de comer.

Cuando hables sácate las manos de las bolsas,

¿Qué tanto le dices a tu pareja por teléfono?,

En lugar de practicar tal deporte mejor deja la comida chatarra».

8. No demuestras educación ni buenos modales con algunos en particular, solo con las personas que te convienen

Esto es, no guardas la caballerosidad indispensable cuando hay mujeres, como levantarte de la silla y cedérsela, u ofrecerte a mover cosas que por sus dimensiones o peso puedan resultar inconvenientes para esa persona dada su baja o pequeña complexión. Estas son cosas que nunca te ofreces hacer para personas comunes, solo te acomides con quienes tienen mayor nivel que el tuyo.

Por otro lado, te apareces sin saludar, y tampoco contestas otros saludos, además de que no te despides al irte.

Das órdenes sin decir «Por favor»; y «Gracias» es una palabra que desconoces.

Tomas artículos de la oficina e incluso personales de otros sin su consentimiento, por ejemplo tomas una calculadora, una libreta o un archivo sin pedir permiso, tampoco avisas que lo has cambiado de posición.

En general te comportas con actitudes de una persona descortés y malcriada ante la mayoría, y solo te transformas en un caballero o en una dama con las personas de tu conveniencia.

9. Acosas e interrumpes permanentemente, generalmente a la misma persona y la desacreditas ante los demás

Seas o no Jefe, te tomas atribuciones de tirano.

Cuando ves a alguien en supuesta inferioridad, porque confundes su prudencia y educación con debilidad, te aprovechas para machacarlo o machacarla.

Generalmente los más fuertes, tanto de carácter como de jerarquía, aprovechan la docilidad de unos para disminuirlos, o para descalificarlas, y socavan el ánimo de quienes consideran inferiores para lucirse personalmente con tal de tapar la propia mediocridad.

Los seres humanos, al igual que los animales, se comportan siguiendo las acciones que predominan en la manada, y si todos atacan a uno, el que hace ‘bullying‘ lo tiene más fácil, porque como dice el dicho “No somos machos pero somos muchos”.

10. Cargas la mano a algunos con trabajo irrelevante

Si a un empleado le ordenas actividades que no le corresponden ni por su jerarquía ni por su nivel académico, así haces uso de una típica forma de abuso de poder, como por ejemplo:

Pones sobre su mesa (la del empleado eficiente) los documentos y correspondencia que tú mismo no has puesto en orden desde hace varias semanas. Esta es una actitud reactiva y petulante con la que tratas de establecer quién es el esclavista y quién el esclavo.

Otro ejemplo clásico es solicitarle a quien sea (empleado o no): “Ve y tráeme un café”, aunque se lo pidas en tono cordial. Hoy en día, éstas se consideran órdenes de carácter denigrante y vejatorio, que no debes darle a nadie, ya sea Asistenta ejecutiva, Arquitecto, Auxiliar de contador, Becario o Personal de limpieza.

Y para que no tengas dudas, podrías resolver esos aires de grandeza haciéndote las siguientes preguntas:

¿Soy tan tonto y tan acomplejado que no me puedo hacer Yo mismo ese café, o tengo que pedírselo a quien no es su trabajo?

¿Me gustaría a mi servirle un café a mi jefe a pesar de creerme un profesional superdotado? (obviamente, siempre que no se trate del equipo de trabajo de una cafetería),

¿Puedo redactar y enviar ese correo electrónico personal que debo contestar, o necesito a alguien que tenga mayores capacidades intelectuales y ortográficas para que lo haga por mi?,

¿Soy capaz de redactar determinado documento o de hacer equis cálculos que están totalmente incluidos dentro de mis funciones, o tengo que fastidiar a otra persona que tiene ya de por si muchas cosas que hacer?

¿Soy lo suficientemente capaz para archivar los documentos que yo mismo tomé de determinados cajones, o tengo que recurrir al primero que se me ponga en frente para que lo haga porque no me doy cuenta si soy más holgazán que inepto, o las dos juntas?

11. Segregar a alguien de juntas, reuniones o eventos

Cuando organizas juntas o eventos de departamento o de área, sean oficiales o extra-oficiales, y excluyes a alguno o alguna, esto se entiende como segregación o marginación.

Aunque las personas que dejes fuera de determinado acto no tengan que ver con las decisiones que allí se tomarán o no tengan el mismo nivel jerárquico para estar allí, debes, por consideración y educación, darles una pequeña y apropiada explicación, para que no se sientan degradados, aunque tengan menor nivel, porque esto naturalmente los acabará desmotivando.

En los casos donde organizas reuniones para elementos del mismo nivel, por ejemplo, «SOLO Gerentes», y dejas fuera a alguno, también Gerente, éste o ésta podría especular una de 3 cosas:

A) Que ya no importa su trabajo, y quizá le vayan a despedir,

B) Que se pueden estar haciendo acuerdos indebidos, ilícitos o anti-éticos y por eso le dejan fuera, o

C) le están claramente haciendo Bullying.

12. Enviar a clases y cursos a unos y a otros no

Cuando tienes presupuesto para mandar a varios de tu equipo a tomar clases de cualquier cosa para que mejoren a nivel profesional, y dejas a alguno fuera, éste se entiende claramente como uno de los signos de bullying en el trabajo;

aunque consideres que el elemento que no incluiste no lo necesita, o que es lo suficientemente capaz. Estos son argumentos ridículos, todos necesitan de apoyo para mejorar en algún tema, siempre habrá algo que necesiten aprender o que les apoye para ser más eficientes y productivos.

13. Hacer advertencias y regaños volteando a ver a una sola persona

En ocasiones algunos líderes llaman la atención a uno solo por la falta o error de otros a quienes no se atreve a regañar.

Si el Jefe se pone a reñir justo dirigiéndose a la persona que no tiene nada que ver con el asunto en cuestión, esto es típico en las juntas donde el director general no se atreve a llamar la atención del culpable directo, por ejemplo al Gerente de Recursos Humanos, y prefiere voltear a ver a otro porque le da más confianza hacerlo, aunque sea el Gerente de Operaciones.

En general, aquellos que abusan de los que consideran más débiles tienen entre sus víctimas a los elementos de menor rango; escogen a quienes tienen menos experiencia laboral, por supuesto a mujeres, a personas que por su educación no estén dispuestas a contestar agresiones ni a entrar en las ridículas discusiones bizantinas, esos y esas son los mayores objetivos de su intimidación.

14. Terminas discusiones sin argumentos sólidos

Cuando no puedes ganar una discusión o no te interesa debatir un tema que te incomoda por tu ignorancia o ineptitud, concluyes la discusión con frases como:

“Yo soy el Jefe”,

“Yo tengo tal nivel de estudios (y tú NO)”,

“Así se ha hecho siempre”,

“No vas a venir tú ahora a cambiar lo que hemos hecho bien desde hace 20 años”,

“No te corresponde a ti dar consejos hasta que te los pida yo”,

“¿Tú qué vas a saber de esto?”.

15. Hablas en tono altisonante

Alzas la voz, casi gritando para pedir u ordenar cosas que tienen o no verdadera importancia, incluso utilizando lenguaje gestual castrense, de orden militar, como señalar con el dedo a la cara del otro, o indicarle con dos dedos que no piensa, o manotearle con gestos agresivos, tronándole los dedos o golpeando la mesa, y todo incluso por cosas que no tienen que ver con asuntos de la diaria gestión.

16. Te adjudicas el trabajo de alguien más

Cuando no le das el crédito a una persona por su esfuerzo o aportación significativa a los resultados de tu equipo, o en su caso no le das su debido reconocimiento a todo el equipo estás definitivamente siendo un «BULLY».


CONSLUSIÓN a ‘Signos de que haces Bullying en el trabajo’

Es posible que tú hayas sufrido de los abusos o excesos de uno de estos deleznables personajes, quizá en la escuela, en tu barrio o en el trabajo, o que en su caso seas quien fastidia dando caña a los demás, en cuyo caso quizá no te das cuenta, o pretendes que no te das cuenta con el argumento de que así es como debes ejecutar tus funciones, con firmeza para alcanzar tus objetivos.

Estos son en toda regla atropellos a la integridad de los demás, quienes no te merecerán respeto ni admiración alguna, al contrario, tu prestigio no será el mejor, y te aseguro que permanecerás en la memoria y los espíritus de aquellos a los que les hiciste difícil la vida, porque siempre nos acordamos de cómo nos hizo sentir determinado compañero.


“No puedes estar en contra del bullying sin hacer algo al respecto”.

-Randi Weingarten

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Fotógrafo:  Mohamed Hassan

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