Controlar las Preocupaciones es una Habilidad Ejecutiva | 475

Cómo evaluar las preocupaciones innecesarias | Cómo Controlar las Preocupaciones es una Habilidad Ejecutiva | Acaba con la preocupación excesiva | cómo dejar de preocuparse por todo | vivir sin preocupaciones crónicas | Competencias Ejecutivas | Cómo gestionar las preocupaciones

Reflexiones acerca de cómo Controlar las Preocupaciones en el trabajo y en la vida personal. La frase de la imagen es de autor anónimo: “La gente exitosa nunca se preocupa por lo que otros están haciendo”.

Controlar las Preocupaciones es una competencia destacada.

Ya habrás notado que mucha gente pasa el tiempo preocupándose.

¿Se pueden controlar las preocupaciones?

No es fácil controlar las preocupaciones, ya que desde siempre han sido parte de nuestra naturaleza.

Desde niños en la escuela,

nos preocupamos por los resultados de nuestras calificaciones, también nos preocupamos porque otros nos perciben débiles y sentimos que nos pueden hacer daño.

Conforme vamos creciendo,

nos empieza a preocupar el dinero, nos intranquilizamos por la situación financiera que se avecina. Unos se preocupan porque no les alcanza el sueldo para pagar la hipoteca o el alquiler, otros se preocupan por las teorías de la conspiración que señalan que se avecina una catástrofe mundial.

Existen personas que desafortunadamente se preocupan y con toda razón por su estado de salud, y, aunque parezca increíble, hay quienes incluso les preocupa que su equipo de fútbol atraviese por una mala racha.

Las preocupaciones son tan variadas como diversas son las mentalidades de cada persona.

Para escribir estas reflexiones acerca de controlar las preocupaciones,  me inspiré en un programa en la BBC y luego, casualmente vi un interesante vídeo en Youtube el cual  pueden ver al final de esta entrada.

En el canal de la cadena británica, aparece un doctor comentando que en este mundo tan vertiginoso y globalizado, en el que todos evolucionamos y maduramos con más rapidez en comparación con otras épocas, lo más normal es que todos experimentemos emociones tanto positivas como negativas.

Lo que hoy, curiosa y malamente está pasando (a diferencia de otros siglos) es que las emociones negativas superan en proporción desmedida a las emociones positivas, y esto se debe a que la mayoría de la gente se encuentra preocupada casi permanentemente.

Es más fácil que adoptemos sentimientos negativos que positivos, la preocupación prolifera e incluso se contagia con mayor virulencia que la serenidad, que la reflexión, que la alegría y que la felicidad.

Las preocupaciones en el trabajo o en la vida personal son sentimientos negativos, y surgen cuando empezamos a dejar de creer o empezar a dudar de nosotros mismos.

15 Formas de manejar y superar el estrés.

Las preocupaciones no siempre tienen su origen en nuestra persona.

En ocasiones los sentimientos de pesadumbre surgen porque empezamos a dudar de los factores externos.

Las preocupaciones se convierten en sentimientos negativos porque vemos que algo podría sucedernos, algo ajeno a nuestra injerencia, y

muchas veces no podemos hacer nada por evitar los acontecimientos que nos preocupan, como un sismo, o una guerra civil, o una crisis macro-económica.

En lo que se refiere a nuestros alcances personales,

a lo que sí podemos hacer: El momento de máxima preocupación se da cuando vemos de cerca que las cosas tienen altas posibilidades de salir mal, en ese instante empezamos a visualizar que seguramente no alcanzaremos nuestras metas.

El no poder controlar las preocupaciones es un efecto que casi siempre se presenta cuando estamos en acción, cuando estamos realizando una actividad o desarrollando un trabajo, uno que ya se ha iniciado y el cual tenemos que conducir hasta un buen fin, hasta alcanzar el objetivo. Por ejemplo:

Iniciamos un proyecto de emprendimiento.

Desarrollamos un Plan de Empresa, y al ponernos en acción, empiezan a sucederse los acontecimientos normales en toda empresa. Es natural que nos preocupe nuestro emprendimiento, porque no deseamos tropezar, ni encontrarnos con problemas, queremos ser exitosos.

También nos inscribimos (o matriculamos) en el curso de una academia, y, a medio camino dudamos, pensamos que no vamos a lograr aprobarlo, entonces nos angustiamos, no podemos controlar las preocupaciones.

La Preparación Mental antes del Emprendimiento.

Para no tener que preocuparnos, lo más fácil es tomar una acción evasiva del fracaso.

Una acción evasiva del fracaso significa no intentarlo, o no seguir luchando. Como dicen los Navy Seal’s, o soldados de las fuerzas especiales de los Estados Unidos:

-¡Abortemos la misión!.

Cuando sentimos que la derrota es inminente, o vemos señales claras de peligro, o intuimos altas posibilidades de fracaso, la mayoría nos preocupamos (no podemos controlar las preocupaciones),

y esto puede deberse a la inseguridad o a la falta de recursos y de capacidades, y a veces «abortamos la misión», apretamos el botón de cancelar.

La Escala de Valores Empresarial de los Navy SEAL.

Las preocupaciones tampoco son tan malas.

Un estado de angustia nos pone en alerta.

La preocupación se deriva del miedo, porque nos advierte de los peligros y nos exige que no bajemos la guardia, que hagamos las cosas bien, que entreguemos con calidad y con eficiencia; la preocupación de alguna forma indica nuestro compromiso con lo bien hecho.

Si vemos que alguien no se preocupa por su trabajo, pensamos que es irresponsable, que no le importa lo que hace, ni tampoco su reputación.

Nos preocupa el hecho de tomar en cuenta lo que otros piensen de uno, o de lo que diga la sociedad o el medio, por eso tratamos de comportarnos y responder de acuerdo con las normas convencionales, para cuidar nuestro prestigio, o marca personal.

Perder la capacidad de controlar las preocupaciones nos afecta integralmente.

Lo malo de un alto nivel de preocupación es que provoca tensiones en nuestro cuerpo, nos sube el ritmo cardíaco, sudamos, temblamos, tenemos insomnio;

el hecho de darnos cuenta que no podemos controlar las preocupaciones afecta nuestro físico y también el carácter, y por ende nuestra capacidad de razonamiento.

Cada uno manifiesta de forma diferente su grado de preocupación.

Es muy posible que las preocupaciones tengan origen en el miedo al fracaso, a perder, incluso pueden verse como reacciones defensivas, como instintos de supervivencia originados en el miedo.

El miedo a hacer o intentar las cosas es en cierta medida bueno.

Sentir miedo por hacer las cosas puede que no sea tan malo, porque nos protege.

El miedo evita que nuestra integridad se vea afectada, nos protege de las amenazas y hasta intenta salvar nuestras vidas.

Hacer las cosas, intentarlo, ponernos en acción.

El hecho de ponernos en acción puede provocar (naturalmente) que nos preocupemos, y nos preocupamos porque entendemos que también podemos fracasar.

Pero la inacción,

el tampoco intentarlo, puede provocar que nos preocupemos por lo que otros piensan de nosotros:

-«Pensarán que no lo intentamos por cobardes».

Ser un «valiente» sería lo ideal.

El hecho de no tener miedo es una ficción de cuento de hadas, como «Juan sin miedo», el personaje del cuento clásico de los hermanos Grimm.

«Juan sin miedo» era un joven (quijote y soñador) que se aventuraba a conseguir cualquier cosa, no importando el tamaño del peligro que tuviese que enfrentar. Dado que carecía de miedo se plantaba ante cualquier reto, y por consiguiente:

Nada le detenía de intentar las cosas.

Este valiente héroe lograba todo lo que se proponía, ya carecía de impedimentos internos para ponerse en acción y llegar hasta donde tuviese que hacerlo, ya fuese para salvar a una chica del peligro, o para ayudar a los demás.

Dado que era o es un cuento de hadas, «Juan sin miedo» siempre consigue sus objetivos.

El no poder conseguir objetivos también nos preocupa.

No conseguir un empleo, no tener ingresos, no lograr ganar en algún deporte, o no alcanzar la cuota mínima de ventas y la falta de logros son motivos de preocupación.

Es paradójico, pero esto parece el cuento de nunca acabar, porque si hago las cosas me preocupo, esperando que salgan bien; y si no las hago, también me preocupo, por el «qué dirán de mi marca personal, o de mi prestigio».

Preocuparnos nos hace sentir mal,

porque pensamos que no estamos haciendo lo suficiente para salir adelante, para resolver problemas y situaciones, para llegar a donde quisiéramos estar.

Controlar las preocupaciones es una habilidad Ejecutiva muy valorada.

Yo admiro mucho a las personas que saben controlar las preocupaciones, quienes las asumen constructiva-mente, como debería ser, en el buen sentido:

Los Ejecutivos experimentados saben que en la medida que tienen control sobre sus preocupaciones, están demostrando su interés por hacer bien las cosas, por entregar un trabajo con eficiencia, mostrando su responsabilidad, incluso su valentía.

Una competencia deseable en un buen Ejecutivo, o en un profesional de alto nivel es la de

tener la capacidad de controlar las preocupaciones, de enfocarlas positiva-mente, de no dejar que éstas lo controlen, de no llegar al límite donde el miedo se apodere de su razonamiento.

La gente que es capaz de controlar sus preocupaciones, y por ende sus emociones puede llegar a ser líder.

Cuántos militares famosos conocemos, o reyes, y hasta empresarios, quienes hoy todavía son considerados héroes, y hasta osados (o valientes), porque entre otras cosas tuvieron la habilidad de controlar las preocupaciones de su entorno, en lugar de dejar que éstas los controlaran a ellos, o a ellas.

Acerca de la valentía y la preocupación,

les quiero compartir una reflexión muy interesante que encontré en el siguiente vídeo que les comenté al principio.

El fragmento que escuchas en el Podcast empieza en el minuto 2:40, aunque Yo te recomiendo ver todo el vídeo.

Esta fue la entrevista que el guionista, actor y cómico mexicano Roberto Gómez Bolaños (1929-2014) concediera en el año 1987 al periodista Jorge Guinzburg en la televisión argentina.

Gómez Bolaños es todavía recordado en muchísimos países de habla hispana y portuguesa por el pseudónimo de «Chespirito», quien interpretara entre otros personajes al «Chavo del Ocho» y al «Chapulín Colorado».

8 Características de Marca Personal de los Superhéroes.

«La gente exitosa nunca se preocupa por lo que otros están haciendo».

-Anónimo.


«El momento en el que dejas de preocuparte por el éxito, es cuando el éxito sucederá».

-Glenn Beck.


Fotografía de Pixabay.com libre de Derechos de Autor.

Fotógrafo: Roy Clarke – Studio Dee.

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