Esta es una pequeña anécdota personal. Hace varios años, cuando trabajaba como coordinador de proyectos para una compañía de logística, me trasladé por avión, en viajé de rutina, a una de las unidades de negocio, para revisar los avances de las obras que gestionaba.
El vuelo que tomé era el primero del día. Todavía no salía el sol cuando ya había arribado a la sala de espera del aeropuerto.